WASHINGTON.- Donald Trump minimizó su enfrentamiento con el presidente de la Reserva Federal, Jerome Powell, por los sobrecostos durante una visita este jueves al proyecto de renovación del banco central, y dejó claro que considera que el tema de las tasas de interés bajas es una preocupación más apremiante.
Después del recorrido, en el que Trump y Powell intercambiaron críticas públicas sobre el costo del proyecto, el expresidente aseguró que “no hay tensión” con el titular de la Fed e indicó que los problemas con la obra probablemente no sean motivo suficiente para despedir al jefe del banco central. “Hacer eso sería una gran decisión, y simplemente no creo que sea necesario”, dijo Trump a los periodistas.
Aun así, el inusual recorrido no estuvo exento de momentos tensos. El mandatario bromeó con que, en condiciones normales, despediría a un gerente de proyecto que permitiera semejantes sobrecostos. Además, volvió a presionar a Powell —quien lleva meses siendo blanco de sus críticas— por las tasas de interés.
“Bueno, me encantaría que bajara las tasas. Aparte de eso, ¿qué te puedo decir?”, expresó Trump. El dólar subió 0,2% tras la declaración de Trump de que no era necesario despedir a Powell.
La visita del expresidente fue un espectáculo inusual: es el primer presidente en casi dos décadas que recorre la Reserva Federal, un gesto dramático que refleja cómo, en su segundo mandato, ha intensificado su presión sobre Powell, desafiando las normas tradicionales sobre la independencia del banco central en su intento de lograr tasas más bajas. Este segundo período de Trump en la Casa Blanca ha estado marcado por una expansión del poder ejecutivo que le permitió someter a numerosas instituciones e industrias —excepto a la Fed.
El recorrido comenzó con Trump y Powell, ambos con cascos blancos, avanzando por un pasillo tenuemente iluminado para hablar con la prensa. Trump se enfocó en lo que él y sus aliados consideran un costo exorbitante para renovar un edificio federal, mientras Powell negaba con la cabeza. En un momento tenso, Powell se mostró visiblemente incómodo y contradijo a Trump cuando este afirmó que los costos del proyecto alcanzaban los 3.100 millones de dólares.
Cuando Trump le ofreció a Powell un papel con lo que decía ser una nueva estimación, Powell respondió con sequedad y explicó que el cálculo del expresidente incluía un edificio que ya había sido terminado.
“Ese es un tercer edificio”, dijo Powell, interrumpiéndolo. “Se construyó hace cinco años”.
Consultado por un periodista sobre qué haría si un gerente de sus proyectos inmobiliarios se excediera en el presupuesto, Trump respondió sin rodeos: “¿Hablando en general qué haría? Lo despediría”.
Powell se rio mientras Trump lo golpeaba levemente en el brazo y aclaraba que no quería ser personal. “Solo quiero que se termine”, agregó Trump.
La escena dejó entrever que no hubo mucho deshielo entre ambos, quienes rápidamente retomaron los roles que han sostenido durante meses. La renovación del edificio de la Fed se convirtió en un nuevo argumento para Trump y sus aliados, quienes usan los sobrecostos para intensificar sus críticas a Powell, calificando el proyecto como un derroche de recursos. La visita de este jueves puso a Trump codo a codo con el titular del banco central al que ha criticado e intentado humillar repetidamente en redes sociales.
Sin embargo, al concluir el recorrido, Trump fue consultado sobre si había visto evidencia de mala gestión o despilfarro, y evitó dar una respuesta directa. Si bien dijo que vio “una situación muy lujosa”, reconoció que las medidas de seguridad y las obras en el subsuelo implicaban costos elevados.
“Mirá, siempre hay críticos del lunes —yo no quiero ser uno de esos”, afirmó. “Quiero ayudarlos a que terminen la obra”.
Aunque Trump, un magnate inmobiliario que suele destacar su experiencia en megaproyectos en Nueva York, dijo que había llevado adelante obras más grandes que las de la Fed y sin tantos sobrecostos, aclaró que no consideraba esto suficiente para despedir a Powell.
“No quiero meter esto en esa categoría”, señaló.
El expresidente también volvió una y otra vez al tema de las tasas de interés.
“Solo quiero que pase una cosa, muy simple: las tasas de interés tienen que bajar”, enfatizó.
Más ampliamente, Trump dijo que tuvo una “buena reunión” con Powell, pero evitó dar detalles sobre su conversación privada en torno a las tasas, aludiendo al período de silencio que impone la Fed antes de sus reuniones.
“Su mandato termina pronto. Creo que va a hacer lo correcto. Todos saben qué es lo correcto”, agregó.
Se espera ampliamente que la Reserva Federal mantenga sin cambios las tasas de interés por quinta vez consecutiva en su reunión de la próxima semana. La mayoría de los funcionarios proyectan al menos dos recortes antes de fin de año, según las estimaciones publicadas en junio. Sin embargo, Powell y otros responsables de política monetaria han señalado que prefieren avanzar con cautela, ante la posibilidad de que las políticas arancelarias de Trump generen inflación persistente. También argumentan que un mercado laboral estable les da margen para actuar con paciencia.
A pesar de la presión de Trump —quien incluso ha consultado a legisladores sobre si debería despedir a Powell, aunque por momentos dice no tener esa intención—, el presidente de la Fed no ha dado señales de que considere dejar el cargo antes de tiempo ni ha descartado permanecer en la Junta de Gobernadores una vez finalizado su mandato como presidente en mayo.
El entorno de Trump incluye a algunos de los críticos más duros de Powell dentro del gobierno, como Bill Pulte, titular de la Agencia Federal de Financiamiento de Vivienda, quien ha acusado al jefe de la Fed de engañar al Congreso sobre la renovación y pidió su renuncia, y el director de presupuesto Russ Vought.
Hablando con la prensa tras el recorrido, Vought dijo que la visita permitió comprender mejor el trabajo, aunque todavía quedan preguntas sin responder. Añadió que algunas obras podrían haberse ejecutado mejor y que el proyecto debe ajustarse a los costos.