WASHINGTON.— Donald Trump lanzó una serie de mentiras con una sorprendente confianza y puso en aprietos a un Joe Biden dubitativo, quien recurrió a ataques personales contra su oponente en el primer debate de las elecciones de noviembre.
En la sede de CNN en Atlanta, donde se celebró el debate, el demócrata se mostró sin energía frente a un Trump grandilocuente que propagó falsedades sin ser corregido por los periodistas de la cadena.
«La inflación está matando a nuestro país», afirmó el expresidente de 78 años, a pesar de la fortaleza económica y del empleo. Trump estaba ansioso por abordar el tema de la migración e intentó adelantarse a los moderadores. Preguntó a Biden por qué permitió que millones de personas entraran al país desde prisiones y otras instituciones para «destruirlo».
«No hay datos que respalden lo que dijo. Está exagerando y mintiendo«, respondió Biden, quien también acusó a Trump de mentir al afirmar que la migración ilegal provocaba un aumento en la delincuencia. Biden calificó de «terrible» el papel de Trump tras jactarse de haber nombrado jueces de la Corte Suprema que ayudaron a anular el derecho al aborto.
El debate fue tenso, con Biden atacando personalmente a Trump, algo poco común en su estilo. «¿Cuántos miles de millones de dólares debes por molestar a una mujer en público o por tener sexo con una estrella porno mientras tu esposa estaba embarazada? Tienes la moral de un depravado«, le dijo. Biden recordó que Trump era un «delincuente convicto» por un caso de pagos ocultos a una actriz porno.
«No hice nada malo», respondió Trump, quien repitió que el sistema judicial estaba «amañado». También atacó a Biden sin recurrir a sus habituales exabruptos. «Realmente no sé qué dijo al final de esa frase. Creo que él tampoco sabe lo que dijo», comentó con sorna.
Trump, con solo tres años menos que Biden, lo atacó por su edad y lo desafió a someterse a un «test cognitivo». Este fue el primer cara a cara entre ambos desde la campaña de 2020. Trump nunca admitió su derrota en esos comicios y evitó comprometerse a aceptar sin condiciones el veredicto de noviembre, a menos que sea una «elección justa y legal».
Trump describió a Biden como un hombre «débil» para ser presidente. Afirmó que la invasión rusa de Ucrania no habría ocurrido con un «líder» en el poder y criticó el gasto de Estados Unidos en ayudar a Kiev. También acusó a Biden de apoyar a los palestinos en la guerra de Israel contra Hamás.
La sensación es que Trump ganó el debate, no por méritos propios, sino por los fallos de Biden. Incluso la vicepresidenta Kamala Harris reconoció que Biden tuvo «un comienzo lento» y Kate Bedingfield, exdirectora de comunicaciones de la Casa Blanca, calificó la actuación de Biden como «decepcionante». El politólogo Larry Sabato describió el debate como «un desastre».
Biden se defendió tras el debate, afirmando que lo hizo bien, insistiendo en que es difícil debatir contra un mentiroso. La republicana Nikki Haley sugirió que Biden podría no ser el candidato demócrata, aunque lo más probable es que sea nominado en la convención de agosto. La intervención de Biden marca un punto de inflexión en una campaña muy reñida, con encuestas equilibradas.