WASHINGTON.— La ciudad de Jackson, capital de Misisipi, cumplió cuatro días sin agua potable. La ciudad tiene un índice de pobreza elevado, por lo que la situación es de emergencia, mientras las autoridades intentaban reparar una planta potabilizadora averiada y los ciudadanos hacían largas colas para recibir el vital líquido.
La ciudad de 150.000 habitantes, capital de Misisipi, el estado más pobre del país, continúa con las escuelas cerradas, con las empresas operando con dificultad y con la mayoría de domicilios sin agua o con agua contaminada.
Environmental Racism. #JacksonMississippi pic.twitter.com/samtyT6tkC
— Team EDEFI @Vanderbilt University (@TeamEDEFI) September 2, 2022
Las autoridades siguen trabajando para reparar la planta potabilizadora que se dañó a causa de las fuertes lluvias, mientras recomiendan que, en los pocos hogares donde aún hay agua, los ciudadanos se duchen «con la boca cerrada».
El gobernador del estado, el republicano Tate Reeves, dijo que se instalaron siete nuevos puntos de distribución de agua potable operados por 600 miembros de la Guardia Nacional para solucionar el problema de las largas filas que se han producido en los últimos días para comprar o recibir agua.
We are moving swiftly to get everyone in Jackson the water they need. pic.twitter.com/Z6YinFfOep
— Governor Tate Reeves (@tatereeves) September 2, 2022
Reeves declaró el martes el estado de emergencia después de que las lluvias torrenciales provocaran la subida del nivel del río Pearl y fallos en una de las dos plantas potabilizadoras de la ciudad.
El sistema de agua potable de Jackson lleva años en crisis por la falta de recursos para renovar su infraestructura y a los residentes de la ciudad ya se les había pedido hace semanas que hirvieran el agua por los problemas de calidad.