CARACAS.- Los problemas de abastecimiento en Venezuela se están agudizando con el pasar de las horas ante la intermitencia del servicio eléctrico, con muchas personas luchando por conseguir productos básicos y agua cuatro días después de un apagón que dejó a oscuras a casi todo el país.
Desde el jueves, el fallo eléctrico dejó sin luz la mayor parte del territorio completo las 100 horas sin que haya podido resolverse por completo y sus consecuencias se están volviendo evidentes. El Parlamento, de mayoría opositora, declaró al país en estado de “alarma”.
El Estado de alarma es una herramienta de la Constitución venezolana que se aplica en catástrofes naturales o calamidades que pongan en peligro la seguridad de la Nación. Básicamente, el Estado de alarma le entrega al presidente ciertos poderes por ejemplo en materia presupuestaria, puede destinar componentes militares e inteligencia para reforzar la seguridad.
Asimismo, Estados Unidos anunció anoche que retirará durante esta semana todo el personal diplomático que aún permanece en su embajada de Caracas, por “el deterioro de la situación” en el país.
Washington ya había ordenado el pasado 24 de enero la evacuación de su personal diplomático no esencial de Venezuela, pero dejó un grupo de funcionarios para gestionar la embajada en Caracas con “capacidad limitada a proveer servicios de emergencia a los ciudadanos estadounidenses”, según agencias de prensa internacionales.
Hoy, venezolanos opositores, convocados por líder, Juan Guaidó protestarán contra el presidente Nicolás Maduro y la situación en Venezuela que mortifica a la población que no puede acceder a agua y comida.
Aunque el gobierno culpa de los cortes de electricidad a “sabotajes”, especialistas aseguran que el sistema no recibe mantenimiento ni inversiones desde hace varios años en medio de una cada vez más profunda crisis económicaca.