WASHINGTON.- Elizabeth Warren terminó su campaña presidencial el jueves después de concluir que su camino no era realista para la nominación demócrata, despejando el camino para que la contienda se decida entre dos hombres, el exvicepresidente Joe Biden y el senador Bernie Sanders.
La senadora progresista fue elogiada por sus sólidos planes políticos y había centrado su campaña en la lucha contra la influencia viciosa del dinero en la política, sin embargo, terminó muy por detrás de los favoritos en el Súper Martes, incluyendo en su estado natal, Massachusetts.
La salida de Warren significa que la contienda se redujo a una pugna entre dos hombres blancos, septuagenarios, para decidir quién se enfrentará al actual mandatario republicano Donald Trump el 3 de noviembre.
Hasta la mañana de este viernes no se conoce a quién dará su apoyo la senadora, que ayer aseguró que decidirá más adelante si lo hará o no. La excandidata ha mantenido acercamientos con ambos candidatos después del martes.
Tras el fuerte impulsado logrado el martes, Joe Biden recibió el apoyo a su campaña por parte de la mayoría de los rivales moderados que se han retirado de la contienda, mientras que Sanders no corre con la misma suerte.
Los simpatizantes de Warren en todo el país, en particular las mujeres, también se han mostrado indecisas a la hora de respaldar a Sanders. Mientras que en el Capitolio, donde Biden gana adhesiones casi a diario, el senador por Vermont no ha logrado ninguna en dos semanas, incluso entre los funcionarios elegidos más progresistas.
En caso de que Warren no apoye a Sanders, el candidato podría perder un impulso clave en la contienda contra Biden, en momentos en que se acerca otra serie de primarias cruciales.