WASHINGTON.- Kim Jong Nam, el hermanastro del líder norcoreano Kim Jong Un que fue asesinado en Malasia en 2017, había sido informante de la CIA, informó el diario Wall Street Journal.
El periódico citó a una persona anónima “con conocimiento en el asunto” y dijo que muchos detalles de la relación de Kim Jong Nam con la agencia estadounidense no estaban muy claros.
Asimismo, agencias de inteligencia de Corea del Sur dijeron el martes que no podía confirmar el reporte del Journal.
Funcionarios del Servicio Nacional de Inteligencia y del Ministerio de Unificación, que supervisa la relación con Pyongyang, dijeron que no podían confirmar la información publicada el lunes por el diario norteamericano, que atribuyó los detalles a una persona que no fue identificada.
Para gobiernos y medios de comunicación extranjeros es extremadamente difícil verificar la información sobre el Norte y lo miembros de su hermética familia gobernante porque Pyongyang viila a sus visitantes y aplica firme bloqueo informativo a sus ciudadanos.
Medios extranjeros tienen un historial irregular a la hora de confiar en fuentes para revelar información sobre el Norte que más tarde resultó ser incorrecta o incompleta.
El Journal reportó que Kim Jong Nam se reunió varias veces con agentes de la CIA, pero muchos detalles de su relación con la agencia norteamericana seguían sin estar muy claros. Los mensajes enviados a la CIA no obtuvieron respuesta de inmediato.
Kim Jong Nam fue asesinado el 13 de febrero de 2017, cuando dos mujeres jóvenes le restregaron neurotoxina VX por la cara en una terminal del aeropuerto internacional de Kuala Lumpur. Poco después, se retiraron los cargos de asesinato contra las mujeres, quienes habían sido acusadas de aliarse con cuatro norcoreanos que según los fiscales huyeron del país el mismo día del ataque.
La defensa de las acusadas dijo que fueron peones en una asesinato político con claros vínculos con la embajada norcoreana en Kuala Lumpur. Estados Unidos y Corea del Sur han culpado también a Pyongyang, sin embargo las autoridades malasias nunca vincularon oficialmente al Norte con lo ocurrido.
Kim Jong Nam era el hermano mayor de la actual generación de la familia gobernante y había sido considerado una amenaza al mandato de Kim Jong Un.