LONDRES.— Al menos 12 migrantes murieron este martes en el naufragio de su embarcación cuando intentaban alcanzar de forma irregular las costas inglesas desde el norte de Francia, en el drama más mortal de 2024 en el canal de la Mancha.
«Terrible naufragio (…) frente a las costas de Wimereux», escribió en la red social X el ministro del Interior francés, Gérald Darmanin, anunciando un balance «provisional» de 12 muertos y dos desaparecidos.
Unas horas después, el ministro saliente pidió un «tratado migratorio entre Gran Bretaña y la Unión Europea» para poner fin a los cruces de migrantes.
«Menos de ocho personas tenían un chaleco salvavidas proporcionado por los traficantes», lamentó, subrayando la determinación de los que cruzan el canal para «reunirse con una familia y trabajar en condiciones que a veces no son aceptables en Francia».
El gobierno británico lamentó por su parte la «horrible y profundamente trágica» muerte de estos migrantes.
Un buque fletado por el Estado, el Minck, avistó la embarcación en dificultades con más de 60 personas a bordo y cuando esta se rompió, acudió al rescate, declaró a AFP el teniente Étienne Baggio.
Buques militares, pesqueros y helicópteros de los bomberos y de la Marina, entre otros, se encuentran movilizados para socorrer a los migrantes en la operación que sigue en curso, precisó Baggio.
El fiscal de Boulogne-sur-Mer, Guirec le Bras, indicó que los migrantes naufragados eran «esencialmente eritreos» y que entre los fallecidos, la mitad de ellos menores, había diez mujeres y dos hombres.
Las travesías de migrantes en embarcaciones precarias suelen ser numerosas en esta época del año, cuando el verano toca a su fin en Europa. Su objetivo es llegar al Reino Unido, pero a veces no lo consiguen.
Antes de este naufragio, el más mortal de 2024, 25 personas perdieron la vida desde inicios de año, superando con creces el balance de 12 fallecidos de 2023.
Desde inicios de 2024, 21.615 migrantes realizaron esta peligrosa travesía, según cifras oficiales británicas.
Tras su llegada al poder en julio, el nuevo primer ministro británico, el laborista Keir Starmer, prometió acelerar el tratamiento de las solicitudes de asilo y reforzar las fronteras, así como la lucha contra los traficantes de migrantes.
El asesinato de tres niñas el 29 de julio provocó violentos disturbios de extrema derecha en Reino Unido, en medio de rumores parcialmente desmentidos que describían al sospechoso del ataque como un solicitante de asilo musulmán.
La semana pasada, el gobierno británico prometió aumentar significativamente la expulsión a sus países de origen de los solicitantes de asilo a los que se rechace su demanda y de las personas que permanezcan de forma ilegal.