ASTANÁ.— Este sábado, el Ministerio para Situaciones de Emergencia de Kazajistán confirmó que al menos 32 trabajadores perdieron la vida en un devastador incendio que tuvo lugar en la región de Karagandá, ubicada en el centro de Kazajistán. El comunicado oficial también informó que las operaciones de búsqueda continúan para localizar a los 14 mineros que aún se encuentran desaparecidos bajo tierra.
Hasta el momento, los equipos de servicios de emergencia de Kazajistán han logrado rescatar a 208 operarios de la mina Kostenko. Como medida de precaución, la mina ha suspendido sus operaciones durante las próximas 24 horas.
Según información preliminar, el incendio se desencadenó debido a una explosión de metano. La compañía minera involucrada, ArcelorMittal Temirtau, la más grande de Kazajistán, ha confirmado que en el momento del accidente, había 252 trabajadores en la mina. De estos, 18 de los mineros rescatados requirieron hospitalización.
La Fiscalía ha iniciado una investigación para esclarecer las causas y circunstancias del accidente, basándose en el artículo 277 del código penal relacionado con la violación de las normas de seguridad en trabajos de minería o construcción. Sin embargo, una comisión gubernamental ya ha atribuido responsabilidades a la compañía minera.
En respuesta a esta tragedia, el presidente de Kazajistán, Kasim-Yomart Tokáyev, ha ordenado al Gobierno suspender de inmediato su cooperación con ArcelorMittal Temirtau, una subsidiaria del gigante siderúrgico ArcelorMittal. Tanto el presidente como el primer ministro, Aliján Smaílov, se desplazaron a Karagandá. Tokáyev ha declarado el domingo como un día de luto nacional y recibió un mensaje de condolencias del presidente ruso, Vladímir Putin.
En los últimos años, las autoridades locales han acusado repetidamente a ArcelorMittal Temirtau de no cumplir con sus compromisos de modernizar las infraestructuras, especialmente tras una serie de accidentes mortales en sus instalaciones que han cobrado la vida de numerosos trabajadores.
La peor tragedia ocurrió en 2006, cuando 41 mineros perdieron la vida en un accidente en una de las minas propiedad de ArcelorMittal, que posee un total de 15 minas y otros activos en la cuenca hullera de Karagandá, obtenidos durante la privatización posterior a la era soviética en Kazajistán.»
