Alarma por la contaminación de los ríos de Perú

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LIMA.—El gobierno local de Áncash, una región en el norte de Perú, ha declarado que el agua de los ríos Santa y Tablachaca «no es apta para el consumo humano» tras una investigación que reveló niveles elevados de hierro, arsénico y manganeso, producto de la actividad minera.

A principios de agosto, la población se alarmó al notar que las aguas de estos ríos se tornaron anaranjadas, lo que llevó al gobierno regional y a organismos ambientales a tomar muestras para analizar la presencia de fisicoquímicos y metales pesados.

Los resultados de las primeras pruebas realizadas en el río Santa indicaron niveles altos de hierro y arsénico, superando los Límites Máximos Permisibles (LMP). Las pruebas posteriores, realizadas en el río Tablachaca, en la provincia de Pallasca, también mostraron niveles elevados de hierro, arsénico y manganeso, además de una turbiedad del agua que excede los Estándares de Calidad Ambiental (ECA).

El congresista Elías Varas, quien compartió el informe en redes sociales, solicitó al gobierno regional de Áncash y al Ministerio del Ambiente que se declare la zona en emergencia ambiental. Además, pidió a la Fiscalía del Ambiente sancionar a los responsables de lo que calificó como un atentado contra la salud pública.

Tras la difusión de las imágenes del agua anaranjada, el ministro de Ambiente de Perú, Juan Carlos Castro, atribuyó la contaminación a la «minería ilegal». En una entrevista con la emisora RPP, el funcionario aseguró que ya se ha controlado el flujo de aguas turbias, las cuales provenían de la Bocamina 1464, ubicada en el distrito de Pampas, en Áncash.

Castro señaló que, según informes de la empresa pública Activos Mineros SAC (AMSAC), estas bocaminas han estado inactivas desde 2015, pero se sospecha que han sido ocupadas por mineros informales que operan en la zona.