BERLÍN.— El triunfo de la extrema derecha en dos elecciones regionales en el este de Alemania el domingo ha causado un gran impacto político en el país, debilitando aún más la coalición de centroizquierda liderada por Olaf Scholz, a solo un año de las elecciones legislativas.
«Ya no se puede hacer política sin tener en cuenta a la AfD», afirmó Tino Chrupalla, copresidente de este partido antimigración, conocido por sus posturas prorrusas. El domingo, Alternativa para Alemania (AfD) se convirtió en la principal fuerza política en Turingia y quedó en segundo lugar, detrás de los conservadores, en Sajonia, dos regiones que pertenecieron a la antigua RDA.
En Turingia, el partido de extrema derecha, liderado por Björn Höcke, uno de los miembros más radicales de la formación, obtuvo el 32,8% de los votos, aunque es poco probable que pueda formar gobierno. Todos los demás partidos han rechazado cualquier alianza con él, pero Alice Weidel, copresidenta de AfD, advirtió en el canal ARD que «este cortafuegos antidemocrático no se puede mantener a largo plazo».
Con estos resultados, la AfD ahora tiene una minoría de bloqueo en el parlamento de Turingia, lo que le permitiría, entre otras cosas, bloquear el nombramiento de jueces. Cabe recordar que en 1932, esta región fue la primera en llevar a los nazis al poder.
El diario Tagesspiegel describió los resultados del domingo como «un terremoto político en el este», mientras que el Süddeutsche Zeitung los calificó como «alarmantes para los demócratas».
En Sajonia, la AfD ganó tres puntos porcentuales (30,6%), quedando apenas por detrás de los conservadores de la CDU (31,9%), quienes también descartan cualquier alianza con la extrema derecha, pero buscarán formar una mayoría en el parlamento regional de Dresde.
Los resultados en estas regiones, donde la extrema derecha ha ganado fuerza en los últimos diez años, representan un nuevo revés para los tres partidos de la coalición gobernante en Alemania (socialdemócratas, verdes y liberales), de cara a las elecciones legislativas de septiembre de 2025. En las elecciones europeas de junio, ya habían sido golpeados duramente por la oposición conservadora y la extrema derecha.
En Turingia, el SPD, el partido de Scholz, obtuvo su peor resultado en una elección regional, con solo el 6,1% de los votos. En Sajonia, alcanzó un 7,3%, menos que en las elecciones de hace cinco años.
Este resultado refleja el descontento de una parte significativa de la población con el gobierno actual, debido a problemas como la inflación y las medidas relacionadas con la transición ecológica. Además, las constantes disputas dentro del gobierno tripartito han contribuido a su impopularidad.
«Es un duro golpe para todo el gobierno, especialmente para Scholz», comentó Marianne Kneuer, profesora de ciencias políticas en la Universidad Técnica de Dresde, a la AFP. Las elecciones también se vieron influenciadas por el impacto del apuñalamiento que mató a tres personas en agosto en Solingen, un hecho que reavivó el debate sobre la inmigración, ya que el presunto autor, un refugiado sirio de 26 años, debería haber sido deportado.