WASHINGTON.- La cifra de muertos por coronavirus en Estados Unidos superó los 50.000, mientras Georgia, Oklahoma y otros pocos estados abrieron negocios este sábado, pese a las advertencias del presidente Donald Trump y de los expertos en salud.
Brian Kemp, gobernador de Georgia, autorizó la apertura de gimnasios, peluquerías, tiendas de tatuajes y otro negocios, ignorando las advertencias de las autoridades de salud de que relajar las restricciones podría provocar un aumento en los casos y muertes por coronavirus.
El estado sureño se ha convertido en el centro del debate sobre la rapidez con la que la actividad debe volver al país. El coronavirus está matando tamiles de estadounidenses diariamente, pero también las políticas confinamiento han dejado a millones sin empleo.
Este viernes el presidente Trump se retiró de la sala de prensa sin permitir la Ronda de preguntas a los reporteros, en medio del rechazó de la comunidad científica a su sugerencia de inyecciones de desinfectante para atacar el virus.
Un día después de que la comunidad científica rechazar su sugerencia de inyectar desinfectante a los estadounidenses para atacar el coronavirus, hay más de una docena de intoxicados por acatar las sugerencias del mandatario.
Trump se defendió diciendo que había sido “sarcástico” cuando habló de tratar a los pacientes con coronavirus inyectándoles desinfectante.
Los muertos por COVID-19 en Estados Unidos, la cifra más alta del mundo, llegaban a más de 50.000 al viernes, un número que se duplicó en 10 días, según n recuento de la agencia Reuters. Los estadounidenses que se conoce fueron contagiados eran más de 875.000.