Alta tensión el 1 mayo en Francia

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PARÍS.- Francia teme un primero de mayo negro, inflamable y con aires de violencia. Más de 7.400 policías y antidisturbios están desplegados en la capital francesa. Desde la madrugada, una veintena de policías comenzaron a registrar bolsos de forma aleatoria en los accesos de las principales estaciones del centro de París.

Ante el riesgo de incidentes por parte de manifestantes radicales, las tradicionales marchas del 1 de mayo en Francia, por lo general pacíficas y dedicadas a las reivindicaciones salariales, se llevan a cabo bajo fuertes medidas de seguridad y con numerosos negocios cerrados.

Y es que, las decenas de miles de millones de euros de concesiones económicas no han conseguido apagar el incendio nacional que lideran los chalecos amarillos, que estalló a mediados del mes de noviembre de 2018. De ahí la inquietud gubernamental: se teme la convergencia entre los sindicatos y los chalecos amarillos radicalizados.

En total, 190 motos policiales circularán en las inmediaciones de las manifestaciones para permitir a las fuerzas de seguridad desplazarse rápidamente. También se utilizarán dones para vigilar el cortejo, precisó el ministro del Interior.

El presidente Emmanuel Macron reclamó el martes que la respuesta a estos “Black blocs”, militantes anticapitalistas y antifascistas vestidos de negro y con la cara cubierta, sea “extremadamente firme” en caso de violencia, tras los llamados en las redes sociales a transformar París en la “capital de los disturbios”.

Black blocs: militantes anticapitalistas y antifascistas vestidos de negro y con la cara cubierta.

En 2018, 1.200 militantes radicales empañaron la celebración del 1 de mayo parisina con violentos altercados: comercios destrozados, vehículos incinerados e infraestructuras pintadas.

Aunque están previstas manifestaciones en toda Francia, la atención se centra en la capital, a menudo escenario de espectaculares incidentes desde el inicio de las protestas de los chalecos amarillos.

Sin embargo, atrapados entre los “blacks blocs” y los “chalecos amarillos”, los sindicalistas esperan recuperar la visibilidad y hacerse escuchar, a través de varios mítines y una gran manifestación al sur de la capital.