BERLÍN.— En un reciente mitin en Georgia, el candidato republicano Donald Trump afirmó que su objetivo es que las automotrices alemanas pasen a ser empresas estadounidenses.
Prometió que, si llega a la presidencia, otorgará incentivos fiscales y reducciones en costos de energía y burocracia a aquellos fabricantes extranjeros que expandan su producción en Estados Unidos. Además, advirtió sobre la imposición de «aranceles sustanciales» para los vehículos importados.
El analista de la industria automotriz John McElroy, de Detroit, opinó que aunque Trump hace afirmaciones controvertidas, sus intenciones se aclararían de ganar la elección. Las automotrices alemanas han respondido previamente a amenazas arancelarias de Trump, como en 2016, cuando Volkswagen, Mercedes Benz y BMW acordaron expandir sus inversiones en fábricas estadounidenses.
Entre estas, se incluyen proyectos de vehículos eléctricos (VE), como la planta de Volkswagen en Tennessee, los €930 millones comprometidos por Mercedes en Alabama, y el crecimiento de BMW en Carolina del Sur.
Sin embargo, Jacob Kirkegaard, analista del grupo de expertos Bruegel, señaló que estas inversiones podrían no proteger completamente a las automotrices alemanas frente a políticas futuras de Trump. Además, resaltó que estas empresas podrían enfrentar mayores dificultades en sus cadenas de suministro debido a su profunda integración en la economía estadounidense.
Trump también ha prometido reducir los subsidios a los vehículos eléctricos, una medida que el presidente Joe Biden impulsó para apoyar la transición hacia la energía limpia. McElroy recordó cómo las ventas de estos vehículos cayeron en Alemania al retirar los subsidios, y prevé un efecto similar en Estados Unidos, lo cual afectaría tanto a marcas alemanas como a otros fabricantes de VEs.
Las automotrices alemanas podrían sufrir aún más bajo el ultimátum de Trump a las fábricas en México, un centro clave de producción para Volkswagen, BMW y Audi, destinado especialmente al mercado estadounidense.
Durante su mandato anterior, Trump amenazó con aranceles elevados para los fabricantes que optaran por trasladar su producción a México, donde los costos de operación son menores. México representa un punto estratégico para la industria automotriz alemana; en 2023, alcanzó una producción récord de 716,000 vehículos de pasajeros.
Los fabricantes alemanes también se han beneficiado de las condiciones comerciales favorables bajo el Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), cuya revisión está prevista para 2026.
Sin embargo, la escasez de mano de obra calificada es otro reto en Estados Unidos, similar al que enfrentan en Alemania. Johannes Hauser, de la Cámara de Industria y Comercio Alemana-Mexicana, explicó que algunas empresas alemanas con sede en México están trasladando empleados a Estados Unidos para cubrir vacantes, reflejando así la gravedad de la situación de recursos humanos en el país norteamericano.