ABUYA.- El grupo armado Boko Haram mató a por lo menos 60 personas el lunes, en un nuevo ataque en la ciudad de Rann, en el noreste de Nigeria, dijo el grupo de derechos humanos Amnistía Internacional.
«Este ataque contra civiles que ya han sido desplazados por el sangriento conflicto puede equivaler a posibles crímenes de guerra, y los responsables deben comparecer ante la justicia», dijo el viernes en un comunicado el director del grupo en el país africano, Osai Ojigho. «Los testigos nos dijeron que los soldados nigerianos abandonaron sus puestos el día anterior al ataque, lo que demuestra el fracaso total de las autoridades para proteger a los civiles», agregó.
El ataque, uno de los más sangrientos en el conflicto con Boko Haram durante una década, se produjo dos semanas después de que éste invadiera la misma ciudad, expulsando a los soldados nigerianos y marcando su resurgimiento como una fuerza capaz de tomar las bases del ejército. Una fuente de seguridad dijo a la agencia de noticias Reuters que las tropas nigerianas habían regresado a Rann, así como las tropas de Camerún de una Fuerza de Tarea Multinacional Conjunta, después del primer ataque, que se produjo el 14 de enero.
Después de que los cameruneses volvieran a cruzar la frontera, los soldados nigerianos se fueron porque no tenían suficientes tropas, armas o equipo, dijo también la fuente.
Boko Haram ha estado durante varios meses intensificando ataques contra objetivos militares, atacando bases, matando tropas y robando armas. Más de 27.000 personas han muerto y otros dos millones han sido desplazadas solo en el noreste de Nigeria en los últimos 10 años debido a la violencia. El conflicto se ha extendido a los vecinos Níger, Chad y Camerún, provocando una grave crisis humanitaria en la región.
Las elecciones presidenciales de Nigeria están programadas para el 16 de febrero, pero la inseguridad está aumentando en la nación más poblada de África, con 190 millones de personas. El derramamiento de sangre es un desafío para el presidente Muhammadu Buhari, ya que busca un segundo mandato consecutivo de cuatro años.
Buhari, quien también fue gobernante militar de Nigeria durante 20 meses en la década de 1980, fue elegido en 2015 en parte por la promesa de restablecer la seguridad. Pero en el noreste, un aumento en los ataques de Boko Haram y su filial, la Provincia de África Occidental de Estado Islámico, está lanzando los planes electorales al caos. Decenas de miles de personas han huido de sus hogares desde diciembre, en una región que alberga a 1,8 millones de personas desplazadas, según cifras de las Naciones Unidas.
En los estados centrales de Nigeria, los enfrentamientos entre agricultores y pastores nómades por la disminución de las tierras cultivables han matado a miles de personas y han desplazado a decenas de miles más. Miles también han huido en el noroeste, lo que hace que zonas de la región sean inaccesibles incluso para los militares.