Analistas descartan manipulación de datos por parte de China

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PEKÍN.- Analistas internacionales descartaron la manipulación por parte de China de sus estadísticas de COVID-19 y desmontaron las acusaciones de Occidente sobre un posible encubrimiento en la cantidad de víctimas, informó hoy la prensa local.

De acuerdo con el diario Global Times y el canal CGNT, así como la agencia estatal china Xinhua, los expertos Christoffer Koch (Estados Unidos) y Ken Okamura (Reino Unido) no hallaron evidencia de alteraciones, tras estudiar el caso usando la denominada Ley de Benford, una potente herramienta anáitica en la detección de irregularidades y fraudes.

Indicaron que la distribución de los primeros dígitos de China sobre los casos confirmados está en concordancia con el mencionado método y lo mismo sucedió con los Estados Unidos e Italia, ambos seriamente afectados por el virus.

El estudio fechado este martes fue realizado por Koch, economista de investigación principal del Banco Federal de Investigación de Dallas, y Ken Okamura, investigador de la Escuela de Negocios Said de la Universidad de Oxford.

Contrariamente a las especulaciones de que China subestimó el número de personas afectadas por el patógeno, “no encontramos evidencia de que los Chinos maquillen sus estadísticas de COVID-19”, utilizando la Ley de Benford, una técnica estadística de detección de fraude, para evaluar la veracidad de las estadísticas, concluyó el estudio.

La ley de Benford se utiliza para detectar fraudes o fallas en la recopilación de datos en función de la distribución de los primeros dígitos de los datos observados.

Manipular los datos, precisa el estudio, requiere que alguien coordine los anuncios diarios en todas las provincias y al mismo tiempo pronostique con exactitud tasas de infección. “Esto es improbable”.

Por el contrario, los expertos lamentaron que por desconfianza en las estadísticas de China, Europa haya respondido con lentitud a la emergencia sanitaria.

El documento reveló que las dudas actuales sobre la credibilidad de los datos de China son problemáticas ya que “afectan las decisiones políticas posteriores de los países que vieron epidemias más tarde”.