BOGOTÁ.- Entre enero y junio de 2018 cerca de 76 líderes y lideresas sociales, defensores de los derechos humanos, integrantes de movimientos sociales y miembros de la oposición política han sido asesinados en Colombia.
Las poblaciones más afectadas son los campesinos que pertenecen a alguna Junta de Acción Comunal, las organizaciones indígenas y afrodescendientes, exguerrilleros de las FARC, defensores del territorio, reclamantes de tierras, todos ellos con un factor en común, la sustitución voluntaria de cultivos ilícitos.
Así ya son más de 100 los líderes sociales asesinados en 2018 en el país suramericano, donde la ciudadanía asegura que no hay ninguna respuesta del Estado ante un flagelo que parece aumentar con el paso de los días.
En el marco de esta situación, el ministro del Interior, Guillermo Rivera, señaló el martes que este tema tiene que ser de “mayor preocupación» para el Gobierno entrante encabezado por el presidente electo, Iván Duque.
Rivera exhortó al gobierno a mejorar la situación en los departamentos donde la crisis es más acentuada como Cauca, Antioquia, Nariño, Norte de Santander, el bajo Cauca antioqueño y el Uraba antioqueño. En todas estas zonas existió y persiste una fuerte presencia de grupos ilegales cuya principal fuente de ingreso es el narcotráfico.