MADRID.- El balance de fallecidos por la explosión en el centro de Madrid ascendió a cuatro después de que uno de los heridos, un sacerdote de 36 años, perdiera la vida en la madrugada.
“A las tres víctimas mortales confirmadas por la tarde se sumó, ya pasada las 1:30 horas de la madrugada, el joven sacerdote Rubén Pérez Ayala, de 36 años, que había sido traslado al hospital por las heridas”, informó la Archidiócesis de Madrid a través de un comunicado.
La deflagración ocurrió en las plantas superiores de una residencia sacerdotal por una fuga de gas mientras un feligrés, electricista de profesión, también fallecido en la explosión, trabajaba en la caldera del edificio para tratar de repararla.
Los otros dos fallecidos son transeúntes que se vieron afectados por la lluvia de escombros a causa de la gigantes explosión, que voló las plantas superiores de la edificación.
El suceso dejó además otras diez personas heridas de levedad, tres de las cuales fueron asistidas en centros hospitalarios.
Pese a tener que lamentar víctimas mortales, el alcalde de Madrid, José Luis Martínez-Almeida, calificó como un “milagro” que el calibre de la tragedia no fuera todavía mayor, al juzgar por la magnitud de la explosión y el tamaño de los cascotes que cayeron.
“Es duro decirlo cuando ha habido fallecidos, pero es cierto que esta tragedia podría haber tenido una magnitud mayor.”, dijo Almeida.
Junto a la residencia sacerdotal se encuentra también un centro geriátrico, pero ninguno de sus residentes resulto herido.
Una vez extinguido el incendio que causó la explosión, los trabajos de los bomberos se centrarán este jueves 21 de enero en derrumbar de forma controlada las plantas más afectadas del edificio.