JERUSALÉN.- Los palestinos planean intensificar las protestas contra la controvertida reubicación de la embajada estadounidense y los llamamientos en favor de regresar a las casas de donde fueron expulsados en 1948.
Varios funcionarios estadounidenses, junto con la hija del presidente Donald Trump, Ivanka, y su esposo y consejero principal del mandatario, Jared Kushner, asistirán a la inauguración el lunes, que coincide con el 70° aniversario de la independencia de Israel.
Trump anunció en diciembre pasado que Washington reconoce formalmente a Jerusalén como la capital de Israel y trasladaría allí su embajada desde Tel Aviv, rompiendo con décadas de política estadounidense. Su decisión, largamente buscada por el pueblo hebreo, desató la ira y las protestas en todos los territorios palestinos y provocó la condena de los líderes mundiales.
El domingo, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, elogió la «decisión audaz» de Trump, y el Ministerio de Relaciones Exteriores israelí celebró una ceremonia festiva para dar la bienvenida a la delegación estadounidense, que también incluye a 12 miembros del Congreso.
Israel proclama a toda Jerusalén como su capital «unida». Los líderes palestinos, sin embargo, ven Jerusalén Este como la capital de su futuro estado. Se espera que miles de palestinos protesten el lunes contra la reubicación de los territorios palestinos ocupados, incluida la Franja de Gaza, como parte de la Gran Marcha del Retorno, que incluye manifestaciones que son parte de una protesta que culminará el 15 de mayo para marcar lo que los palestinos llaman la Nakba o «Catástrofe», una referencia al establecimiento de Israel en 1948, cuando 750.000 palestinos fueron desplazados forzosamente.