CANBERRA.— Australia está «abierta» a sostener encuentros diplomáticos con China para encausar la actual fase de tensiones bilaterales, aseguró este martes el viceprimer ministro, Richard Marles, quien durante el fin de semana conversó con el ministro de Defensa chino; la primera cita de alto nivel en más de dos años y medio.
Marles, que también ocupa la cartera de Defensa, se reunió en Singapur con su homólogo Wei Fenghe durante una cita bilateral celebrada en paralelo al Diálogo Shangri-La, el foro de Defensa más importante de Asia-Pacífico.
«Había un deseo en esa reunión de ambas partes para llevar la relación a un mejor puerto», dijo hoy Marles, desde Tokio, a la cadena pública australiana ABC al insistir en que este encuentro es solo «el primer paso y hay un largo camino por recorrer«.
Este acercamiento entre Marles y Wei se da a pocas semanas después del cambio del Ejecutivo australiano, encabezado por el laborista Anthony Albanese, tras nueve años de gobierno de la coalición conservadora que chocó de manera frontal con China.
A pesar del acercamiento escenificado, Marles aseguró que su país mantendrá su política de libertad de navegación en el Mar de China Meridional, zona que Pekín reclama su soberanía completa, así como el estado de derecho en el Pacífico, donde se han generado temores de una potencial militarización por la expansión de China.
Las relaciones entre Australia y China comenzaron a congelarse en 2020 a raíz de varios desacuerdos previos, entre ellos la exclusión por motivos de seguridad de las compañías chinas Huawei y ZTE de participar en la red de 5G australiana.
Desde entonces, los vínculos se fueron deteriorando por asuntos como la militarización de China o la aprobación en Australia de leyes contra la injerencia extranjera y el espionaje, tras conocerse donaciones chinas a políticos y ciberataques a organismos del Estado y universidades, atribuidos a China.
China, el principal socio comercial de Australia, expresó su disgustó por la solicitud de Camberra para realizar una investigación independiente sobre el origen de COVID-19 y respondió con la imposición de aranceles a la importación de varios productos australianos.
El último roce fue la reciente interceptación por parte de China de un avión de la fuerza aérea australiana sobre el Mar de China Meridional, un área estratégica por donde transita el 80 % del comercio mundial en barco y donde la reclamación de Pekín y choca con las demandas territoriales de media decena de países -Brunéi, Filipinas, Indonesia, Malasia, Taiwán y Vietnam.