BRASILIA.- Joaquim Barbosa, abogado de 63 años, empezó su carrera profesional como limpiador, aún no ha confirmado su candidatura para las elecciones de octubre, pero eso no ha impedido que la gente lo reclame como el salvador.
El abogado recientemente se unió al Partido Socialista Brasileño (PSB), y un evento la semana pasada los periodistas lo acosaron con preguntas sobre su posible aspiración a la presidencia, a lo que Barbosa contestó “aún no conseguí convencerme a mi mismo de que debo ser candidato” quien además señaló que su familia se opone a la idea.
Sin embargo, algunos analistas creen que Barbosa, que se levantó de la pobreza para convertirse en el primer negro en presidir el Supremo Tribunal Federal (STF), tiene pasta para competir por la presidencia. Asimismo, las dudas son razonables, Barbosa nunca se postuló para un cargo electo y la escena política brasileña no es para novatos.
Con la crisis política actual en Brasil donde uno de sus principales candidatos está preso por corrupción, centenas de políticos incluyendo al actual presidente y candidato, Michel Temer y legisladores todos señalados por la operación anticorrupción “Lava Jato”, el pueblo reclama a alguien incorruptible.
Barbosa como juez lideró otra investigación anticorrupción llamada “Mensalao” que comenzó en 2005 y golpeó de forma contundente al Partido de los Trabajadores (PT) liderado por Lula.