Barham Salih se niega nombrar Asaad al Eidani Primer ministro

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BAGDAD.- El presidente iraquí, Barham Salih, ha remitido este jueves al Parlamento del país la dimisión a su cargo. Su decisión llega en medio de multitudinarias protestas anti gubernamenteales que se han registrado por todo el país en los últimos meses.

En su carta, el mandatario explicó que prefiere abandonar su cargo antes que nombrar como primer ministro a Asaad al Eidani —el actual gobernador de la provincia de Basra.

«Pongo mi cargo en manos de los miembros del Consejo de Diputados para que decidan a la luz de sus responsabilidades como representantes del pueblo lo que vean oportuno», expreso en la carta dirigida al legislativo iraquí.

Saleh, que se encuentra en el cargo desde hace un  poco más de un año, argumentó que tomó esta decisión para «acabar con el derramamiento de sangre y proteger la paz» en el país. También aseguró que el nombramiento de un candidato sin saber  exactamente cuál es el bloque parlamentario con más banca «puede representar una vulneración del texto constitucional».

La candidatura de Asaad al Eidani, un fuerte represéntate de la política iraquí, ha recibido el visto bueno de Irán pero no de la población local, que han demostrado su descontento.

«¿Qué ha ofrecido Asaad al- Eidani? ¿Luchó contra la corrupción? ¿Ha traído de vuelta los servicios públicos? No hay servicios. Hoy estamos protestando para vengar la sangre de los mártires. En cuanto a ti, al-Eidani, hagas lo que hagas, no tomarás el cargo ya que los revolucionarios de Basora estamos aquí. Juro que no lo tendrás, la sangre de los caídos no quedará impune», expreso un manifestante a los medios locales de comunicación.

Miles de personas salieron el día de hoy a las calles de Bagdad y de distintas ciudades del sur del país para demostrar el descontento hacia al-Eidani y para exigir el nombramiento de un primer ministro independiente que no haya formado parte de anteriores gobiernos.

Las protestas sacuden a Irak desde el 1 de octubre, cuando miles de manifestantes salieron a las calles para demostrar su descontento con la corrupción del Gobierno y la escasez de empleos, entre otras cosas.

En tanto, misteriosos ataques sangrientos realizado por grupos no identificados han alarmado a la población que ha perdido la confianza en la habilidad de las fuerzas de seguridad para protegerlos.

En medio de las masivas manifestaciones ya se han perdido la vida de al menos 496 iraquíes mientras que otros 17.000 han resultado heridos, según datos del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU.