WASHINGTON.- El aspirante demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden, acusó a Donald Trump de transformar a Estados Unidos en un “campo de Batalla”.
La muerte del afroamericano George Floyd a manos de la policía de Minneapolis desató el caos en Estados Unidos. “Un electrochoque para nuestro país. Para todos nosotros”, aseguró Joe Biden.
El exvicepresidente de Estados Unidos condenó reiteradamente los incidentes desatados tras la muerte de Floyd y acusó a Trump de “transformar el país en un campo de batalla dividido por los viejos resentimientos y los nuevos miedos”. “Creo que la división lo ayuda” para ganar las presidenciales del 3 de noviembre, dijo Biden, quien supera a su rival republicano en las encuestas.
“Cuando el presidente ordena desalojar a manifestantes pacíficos del porche de la casa del pueblo, la Casa Blanca, con gases lacrimógenos y granadas aturdidas (…)tenemos derecho a pensar que el presidente está más preocupados por el poder que por lo principios”, sentenció Biden.
El candidato presidencial agregó que “Trump está más interesado en satisfacer las pasiones de sus votantes que en las necesidades de la ciudadanía que se le ha encomendado”.
Michelle Bachelet, máxima funcionaria de derechos humanos de las Naciones Unidas, aseguró que las protestas en Estados Unidos resaltan “la violencia policial contra los afroamericanos y las desigualdades históricas en el acceso a salud, educación y empleo, dijo el martes la máxima funcionaria de derechos humanos de Naciones Unidas.
La pandemia de COVID-19 está teniendo un “impacto devastador” en personas de ascendencia africana y minorías étinicas en Brasil, Gran Bretaña, Francia y Estados Unidos, agregó la Alta Comisionada para los Derechos Humanos.
Las encuestas en Estados Unidos, de manera casi unánime, muestran que si las elecciones se realizaron ahora, Biden obtendría más votos que Trump, cuya popularidad ha estado hundiéndose debido a su manejo confuso y contradictorio de la emergencia por COVID-19, y una crisis económica que ha llevado el desempleo a niveles sin precedentes desde la Gran Depresión en la década de 1930.
Este miércoles, el secretario de Defensa de Estados Unidos, Mark Esper, se desmarcó del presidente Trump al rechazar el despliegue de las Fuerzas Armadas sin el consentimiento de los Estados para contener las violentas protestas.
“No apoyo la invocación de la Ley de Insurrección”. “Estas medidas solo deberían utilizarse como último recurso y en las situaciones más urgentes y extremas. No estamos en una de esas situaciones ahora”, aseveró.