RANGÚN.— El balance por las inundaciones ocasionadas por el tifón Yagi en Birmania subió a 226 muertos, señaló la televisión estatal del país MRTV, que cifró en 77 el número de desaparecidos.
El nuevo saldo divulgado el lunes por la noche duplica el anterior, de 113 fallecidos. La emisora agregó que casi 260.000 hectáreas de cultivos quedaron destruidas por los desbordamientos.
Después de golpear Filipinas y China, el tifón Yagi ocasionó graves destrucciones en el sudeste asiático, con un saldo global de más de 500 muertos en Birmania, Vietnam, Laos o Tailandia, según datos oficiales.
La Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios de la ONU (OCHA) indicó que alrededor de 631.000 personas quedaron afectadas por las inundaciones en Birmania, un país sumido en el caos desde un golpe militar en 2021.
La agencia de Naciones Unidas afirmó que había necesidades urgentes de comida, agua potable, refugio y ropa.
También señaló que hay líneas de comunicación cortadas, carreteras bloqueadas y puentes dañados que complican tanto las tareas de socorro como la recepción de información sobre las víctimas.
El Programa Mundial de Alimentos de Naciones Unidas afirmó que son las peores inundaciones de la historia reciente de Birmania.
El jefe de la junta gobernante, Min Aung Hlaing, pidió el sábado ayuda internacional para responder al desastre, un hecho insólito dado que en ocasiones anteriores los militares birmanos habían bloqueado la asistencia exterior.
Pero hasta ahora solo India ha respondido con el envío de diez toneladas de material, principalmente comida, ropa y medicamentos.
Por toda la región, cientos de miles de personas tuvieron que dejar sus casas por las inundaciones o los desprendimientos de tierra provocados por este tifón.
En el norte de Tailandia, un distrito situado en la frontera con Birmania registró sus peores inundaciones en 80 años.
Las autoridades de este reino publicaron el martes un nuevo balance de 15 muertos, cinco más que en el anterior.
El gobierno de la primera ministra, Paetongtarn Shinawatra, anunció una ayuda de unos 6.000 dólares a cada familia afectada por la crecida.
En Vietnam, donde el paso del tifón dejó unas pérdidas económicas de unos 1.600 millones de dólares, el último balance oficial evocaba 292 muertos y 38 desaparecidos por la catástrofe.