Birmania: Junta militar aumenta represión contra manifestaciones

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Birmania

NAIPYÍDO.- La Policía de Birmania arremetió este sábado en repetidas ocasiones y disparó gas lacrimógeno contra los manifestantes pacíficos que han tomado la calles de Rangún, la ciudad más poblada del país, en rechazo a la junta militar que tomó el poder el 1 de febrero. 

Al menos un reportero fue golpeado y detenido durante la intervención policial, según un vídeo publicado en las redes sociales por un manifestante. 

La arremetida oficial contra el movimiento de desobediencia civil que desde hace semanas expresa su rechazo al gobierno “ilegítimo militar”, encabezado por el general Min Aung Hlaing, sigue al aumento de tensión y violencia policial registrado en los últimos días, que incluye el uso de munición letal por parte de los uniformados. 

Desde temprano este sábado, las fuerzas de seguridad bloquearon varias calles de la antigua capital en un intento de evitar la protestas, en vano. Con muebles, tablones y parte del mobiliario urbano, los manifestantes improvisaron pequeñas barricadas para frenar las cargas policiales. 

 Los manifestantes, a los que se les han sudado gran número de funcionarios, especialmente médicos, reclaman que el Ejército devuelva el poder al pueblo y se reconozca a los líderes electos en los comicios de noviembre, cuyos resultado fueron anulados este viernes por la Comisión Electoral nombrada por la junta militar. 

La Asociación para la Asistencia de Presos Políticos (AAPP) indica que desde que comenzó la asonada al menos ocho personas han muerto causa de la violencia desatada en el país desde el 1 de febrero, tres de ellas por disparos policiales, mientras que 771 quedaron detenidas, de las cuales 82 ya fueron liberadas. 

Sin embargo, todavía se encuentra detenida la depuesta líder democrática del gobierno, Aung San Suu Kyi. 

Este viernes, durante una reunión de la Asamblea General de la ONU, el embajador birmano Kyaw Moe Tan, nombrado por el depuesto gobierno, llamó a adoptar las medidas “más contundentes” para terminar con la toma del poder por parte de las Fuerzas Armadas y detener la violencia de los uniformados contra la población. 

“Mostraremos a los militares (birmanos) que sus acciones tendrán consecuencias”, afirmó por parte la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield.