NAIPYIDÓ.- La convocatoria de una huelga general en Birmana este lunes está teniendo un gran seguimiento en Rangún, la mayor ciudad del país, donde por tercer día consecutivo miles de ciudadanos expresaron su rechazo a la junta militar que tomó el poder hace justo una semana.
La convocatoria de diferentes organizaciones paralizó prácticamente la antigua capital, donde solo los bancos estuvieron abiertos, mientras miles de personas se concentraron en el casco histórico, lo que paralizó el tráfico.
Muchos funcionaros tuvieron que regresar a sus hogares ante la imposibilidad de llegar a sus puestos de trabajo.
El movimiento de desobediencia civil, que empezó con los paros del personal sanitario, se extendió a lo largo de Birmania, tanto en grandes núcleos urbanos en la capital Naipyidó, fundada por los militares, y Mandalay, la segunda ciudad más poblada, como en zonas menos habitadas como Kutkai, en el estado de Shan.
Durante el fin de semana Birmania vivió manifestaciones masivas no vistas en más de una década en el país, en las que los participantes pidieron al Ejército respetar los resultados de los comicios de noviembre, donde arrasó la Liga Nacional para la Democracia (LND) y la liberación de los líderes democráticos arrestados durante la asonada, entre ellos la Nobel de paz, Aung San Suu Kyi.
La junta militar levantó el domingo el bloqueo a las comunicaciones por internet, ordenado el sábado cuando se registraron las primeras manifestaciones masivas contra el golpe y que duró más de 24 horas.
Desde el golpe, más de 152 personas están detenidas, entre ellas dos sentenciadas a dos años de cárcel por caros que no han sido aclarados, mientras que las autoridades han puesto en libertad a otras 13 personas que habían sido arrestadas durante la asonada, indica la Asociación de Asistencia para Prisioneros Políticos.