NACIONES UNIDAS.- El secretario de Estado de Estados Unidos, Anthony Blinken, se estrenó este lunes en Naciones Unidas con un claro mensaje de cooperación y multilateralismo, pero también chocando con Rusia sobre la guerra en Siria.
Blinken llevó a cabo una primera visita oficial a Naciones Unidas, pero lo hizo por vía virtual, por lo que no viajó de Washington a Nueva York, sino que participó por videoconferencia en todo una serie de reuniones y encuentros bilaterales.
Su mensaje general fue de claro respaldo al papel de la ONU como parte del renovado compromiso de su país con la organización, tras el distanciamiento visto durante la pasada Administración de Donald Trump.
De la mano de Trump, Washington decidió abandonar la Organización Mundial de Salud (OMS), el Consejo de Derechos Humanos de la ONU o el Acuerdo de París sobre el Clima, entre otros foros y consensos clave, a los que ahora ha vuelto con Biden.
La guerra en Siria, sin embargo, sigue dividiendo a los miembros del Consejo de Seguridad, como quedó patente en una reunión presidida por Blinken.
El diplomático estadounidense reclamó durante la sesión que se reabran dos cruces fronterizos utilizados para suministrar ayuda humanitaria a zonas controladas por el Gobierno sirio y que se cerraron el año pasado por insistencia de Moscú, el gran aliado del gobierno sirio.
Rusia, sin embargo, aspira a clausurar el único punto de acceso fronterizo que permanece operativo y a canalizar todo el apoyo a través de la capital.
Por su parte, Dmitri Peskov, portavoz del Kremlin, aseguró que Rusia jamás tolerará que Estados Unidos u otros países le hablen desde una posición de fuerza.
“Los estadounidenses repiten como un mantra que van a negociar con todos desde una posición de fuerza. Ni Putin ni otros dirigentes de Rusia permitirán que EEUU o nadie más hablen así con nosotros. Podemos descartarlo”, manifestó Peskov en una entrevista con el diario Argumenti i Fakti.
Peskov señaló que la llamada a consultas del embajador ruso en Washington, Anatoli Antónov, implica “una revisión de las relaciones bilaterales” ahora que hay una nueva administración en Estados Unidos.
Según Peskov, Moscú quisiera debatir con Washington sobre “la estabilidad estratégica, el control de armas, la solución de conflictos regionales”, así como el futuro del acuerdo nuclear con Irán. “Es necesario hablar con ellos sobre muchos otros problemas que hay en el mundo”, agregó.