TEL AVIV.— El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, emprende este lunes una misión crucial hacia Israel, donde se enfrentará a difíciles conversaciones sobre la guerra en Gaza, en medio de crecientes temores de que el conflicto se propague a lo largo de Oriente Medio.
Previamente, en su cuarta gira por la región desde el comienzo del conflicto, Blinken visitará durante la jornada del lunes Emiratos Árabes Unidos y Arabia Saudita. Su llegada a Israel está programada para la tarde del lunes, donde se reunirá con las autoridades israelíes el martes.
El domingo, durante su estancia en Catar, Blinken instó a permitir que los palestinos desplazados por la guerra de cuatro meses puedan «regresar a casa». Además, advirtió sobre la posibilidad de que la violencia se expanda por la región de forma rápida.
Desde el inicio del enfrentamiento entre Israel y Hamás, la escalada de violencia se ha intensificado en Cisjordania ocupada y en las fronteras de Israel con Líbano, mientras que los rebeldes hutíes de Yemen han llevado a cabo más de 100 ataques con drones y misiles contra barcos en el mar Rojo y objetivos en Israel.
Blinken tiene previsto presionar a Israel para que respete el derecho humanitario internacional y solicitar «medidas inmediatas» para incrementar la asistencia a Gaza.
Las últimas cifras del Ministerio de Salud de Gaza, controlado por Hamás, reportaron ocho muertos el lunes debido a un ataque israelí cerca de Deir Al Balah. Desde el inicio del conflicto, Israel ha prometido destruir al grupo islamista palestino Hamás, que provocó una serie de enfrentamientos el 7 de octubre, dejando al menos 1.140 muertos, según cifras de la AFP basadas en datos israelíes. Entre las víctimas mortales se cuentan más de 300 militares.
Por otro lado, al menos 132 de los 250 rehenes secuestrados por Hamás siguen cautivos en el territorio palestino.
La ofensiva de Israel en Gaza, en represalia, ha resultado en al menos 22.835 muertes, la mayoría de ellas niños y mujeres, según el Ministerio de Salud de Hamás. Además, al menos el 85% de los 2,4 millones de habitantes de Gaza han sido desplazados por los enfrentamientos, de acuerdo con la ONU.
La situación ha causado un impacto devastador en la vida de los habitantes locales, como lo expresó Nabil Fathi, un residente de Gaza de 51 años: «Me despierto pensando que esto es una pesadilla pasajera, pero es la realidad. Nuestra casa y la de mi hijo fueron destruidas y tenemos 20 personas fallecidas en nuestra familia. Ni siquiera sé a dónde ir si sobrevivo».
La escalada de violencia también ha afectado a periodistas, con dos trabajadores del canal Al Jazeera fallecidos el domingo tras un ataque con bomba en la ciudad de Rafah, en el sur de Gaza.
Testigos informaron que dos cohetes golpearon su vehículo, cobrándose las vidas de Mustafa Thuria, un camarógrafo independiente que también colaboraba con la agencia AFP, y del reportero Hamza Wael Dahdouh, hijo del jefe de la oficina de Al Jazeera en Gaza, quien perdió a su esposa y otros dos hijos en el mismo ataque.
La Organización Mundial de la Salud evacuó a más de 600 pacientes del hospital Al Aqsa en el centro de Gaza debido a los ataques israelíes. Asimismo, Médicos Sin Fronteras retiró a su personal del mismo hospital tras un incidente en el que una bala impactó en una unidad de cuidados intensivos.
Mientras tanto, el ejército israelí ha reportado la muerte de más «terroristas» en Gaza, alegando haber desmantelado un sitio subterráneo de «producción de armas» operado por Hamás en el norte de la región.
La frontera norte de Israel también ha sido escenario de ataques, con Hezbolá afirmando el lanzamiento de 62 cohetes a una base militar israelí. En respuesta, el ejército israelí atacó «sitios militares» de Hezbolá. En el aeropuerto de Beirut, hackers utilizaron las pantallas de llegadas y partidas para emitir un mensaje contra Hezbolá, advirtiendo a su líder, Hassan Nasrallah, sobre las consecuencias de llevar al país a una guerra.
La situación en la región de Oriente Medio sigue siendo sumamente tensa y volátil, con múltiples actores involucrados y un aumento constante de la violencia que amenaza con extenderse más allá de las fronteras de Israel y Palestina.