BRASILIA.- El nuevo ministro de Defensa de Brasil se estrenó en el cargo este martes afirmando que el golpe de Estado, que el 31 de marzo de 1964 que instauró una dictadura militar, debe ser “celebrado” como un “movimiento” que permitió pacificar el país.
Hace 57 años, en plena Guerra Fría, había “una amenaza real para la paz y la democracia”, dijo el general Walter Braga Netto, designado ir Jair Bolsonaro, en un “orden del día alusivo al 31 de marzo de 1964 (…) Las Fuerzas Armadas asumieron la responsabilidad de pacificar el país, enfrentando los desgastes de reorganízalo y de garantizar las libertades democráticas que hoy gozamos”.
Para el flamante ministro de Defensa, “el movimiento de 1964 forma parte de la trayectoria de Brasil” y “así deben entenderse y celebrarse los acontecimientos de aquel 31 de marzo”.
Bolsonaro, un excapitán del Ejército, trató de reflotar las celebraciones del golpe a su llegada al Palacio de Planalto en 2019.
El golpe de 1964, derrocó al presidente Joao Goulart, instauró un régimen que duró hasta 1985. Según un informe de 2014 de la Comisión Nacional de la Verdad (CNV, un organismo oficial), la dictadura fue responsables de 434 asesinatos y desapariciones, así como de cientos de detenciones arbitrarias y torturas. Ese balance no incluye las numerosas muertes de indígenas y agricultores resultantes de conflictos por la tierra.
A diferencia de otros países de la región, Brasil nunca juzgo a los agentes del Estado acusados de cometer crímenes de guerra durante los años 70 y 80, invocando la Ley de Amnistía de 1979.
Documentos desclasificados por Estados Unidos en 2018 revelaron que la eliminación de disidentes se decidía, en algunos casos, en el Palacio Presidencial.