BRASILIA.— En los últimos cinco días, una serie de operaciones policiales en Brasil ha dejado una cifra alarmante de 33 personas muertas en los estados de São Paulo y Bahía, según las últimas cifras reportadas por las autoridades.
En la Bajada Santista, una región cercana a São Paulo, una operación contra el crimen organizado resultó en al menos 14 muertes desde el fin de semana, después del asesinato de un policía días antes. El gobernador de São Paulo, Tarcísio de Freitas, expresó su pesar por los enfrentamientos armados, pero dejó claro que no se someterán a la delincuencia.
En el estado de Bahía, otras 19 personas perdieron la vida en acciones policiales realizadas en tres ciudades diferentes desde el viernes, según informó la Policía Militar de ese estado. En todos los casos, las autoridades alegaron que los agentes llevaban a cabo operaciones contra el narcotráfico y el crimen organizado y que fueron atacados primero por «sospechosos».
La Operación Escudo en São Paulo se inició tras el asesinato del policía Patrick Bastos Reis durante un patrullaje en una comunidad del municipio costero de Guarujá. El gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva criticó los resultados de esta operación, liderada por el gobierno de Freitas, quien fue ministro del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro.
A pesar de las denuncias de vecinos sobre torturas y otros abusos policiales, Freitas defendió la actuación policial y aseguró que cualquier exceso será investigado. Se detuvo a 32 sospechosos, incluido el supuesto autor de los disparos contra Reis, y se incautaron 11 armas y 20,3 kilos de drogas.
La ONG Amnistía Internacional publicó en sus redes sociales que esta acción policial tuvo indicios claros de venganza y cuestionó hasta cuándo los gobernantes legitimarán la violencia policial.
Por su parte, el ministro de Justicia y Seguridad del gobierno federal, Flávio Dino, expresó que la reacción de las fuerzas de seguridad en la Operación Escudo no le pareció proporcional en relación con el crimen cometido.
Además, en el estado de Bahía, también se reportaron más muertes. Siete «sospechosos» fueron abatidos en Camaçari, ocho personas murieron en una acción policial en una región rural de Itatim, y otros cuatro «sospechosos» fallecieron durante otra operación en un barrio de Salvador.
Los datos del año pasado arrojaron que Brasil registró 6.429 muertos a manos de la policía, lo que equivale a 17 decesos por día. Aunque esta cifra es un 1,4% menor que la del año anterior, sigue siendo una estadística preocupante y un llamado a la reflexión sobre la violencia policial en el país.