BRASILIA.- Los aspirantes a la presidencia de Brasil agotan todos sus recursos el sábado para intentar convencer a los indecisos, la llegada de los comicios más polarizados del país comienza a entrar en su recta final.
Bolsonaro, con 35% de intenciones de voto según la encuesta Datafolha del jueves, sigue agitando las redes sociales, compensando de ese modo su imposibilidad de participar en actos públicos debido al atentando que sufrió cuando fue apuñalado en un mitin el 6 de septiembre.
El excapitán de reserva del Ejército afirmó este viernes que “esta llegando el momento del cambio, de que nuestro valor sea medido por nuestro carácter”, llamando a “liberarse de las amarras ideológicas y a poner fin al sistema fallido que impera desde hace décadas en Brasil”.
Fernando Haddad, segundo en las encuestas con 22% de intenciones de voto, cerró su campaña oficialmente el jueves en la noche con un último debate entre los candidatos en TV Globo, marcado por la ausencia de Bolsonaro, que alegó razones médicas para no participar, aunque al mismo tiempo se difundió una entrevista que le concedió a Record Tv.
Por su aparte Haddad tuiteó, “el domingo es el día en que el pueblo volverá al poder”, proclamó el exalcalde de Sao Paulo, designado candidato del PT después de la justicia electoral impugnara el mes pasado a Luiz Inácio Lula da Silva, que purga una pena de 12 años de cárcel por corrupción. El Partido de los Trabajadores divulgó el viernes un llamamiento de Lula para tratar de movilizar a su electorado.
Para algunos expertos la segunda vuelta es inminente, sin embargo, otros analistas se preguntan si habrá tal evento, dada la dinámica de crecimiento del voto de Bolsonaro, que desde el 21 de agosto hasta el 4 de octubre pasó de 22% al 35% de intenciones de voto.
Pero en caso de balotaje, las proyecciones aseguran que Bolsonaro y Haddad están técnicamente empatados.
Los demás candidatos a las elecciones presidenciales de mañana en Brasil aprovecharon el último debate en televisión para criticar fuertemente la polarización que divide al país entre izquierda y derecha. Mariana Silva, tercera en las encuestas, afirmó que la mitad de los electores quiere votar por odio a Bolsonaro y la otra mitad por odio al Partido de los Trabajadores.