SAN PABLO.- Más de 300 brasileños se congregaron este domingo en la principal vía comercial de San Pablo para protestar por el apoyo del gobernador estatal, Joao Doria, a la inmunización obligatoria contra el COVID-19 y las pruebas de una posible vacuna desarrollada por la china Sinovac.
Doria se pronunció anteriormente a favor de que las vacunas sean obligatorias cuando estén disponibles, lo que provocó una disputa con el presidente Jair Bolsonaro, quien promete que será una decisión voluntaria.
En última instancia, se pronunció el presidente de la Corte Suprema que ha dicho que será el tribunal el que decidirá el asunto.
En el gigante sudamericano son obligatorias algunas vacunas, como la de la hepatitis B, que se administra a los recién nacidos. El país ha tenido mucho éxito con grandes campañas de vacunación en el pasado, erradicando la poliomielitis en los 80, por ejemplo.
En San Pablo, la vacuna de Sinovac está siendo probada como parte de los ensayos clínicos de fase III con el apoyo de la Administración Doria.
El Ministerio de Salud anunció en octubre que comprará 46 millones de dosis de la vacuna, dependiendo de la aprobación regulatoria, en un acuerdo respaldado por los gobernadores estatales. No obstante, un día después, el presidente Bolsonaro dijo que Brasil no comprará esa vacuna.
Los manifestantes en San Pablo apoyaron la decisión de Bolsonaro con carteles que decían “No somos conejillos de indias” y otro llevaba una mascarilla que decía “no a la vacuna”. Muchos de los presentes estaban sin tapabocas y apiñados.
Brasil tiene el tercer brote de coronavirus a nivel mundial, con 5,5 millones de casos, después de Estados Unidos e India, según un recuento de la agencia Reuters.