BRASILIA.- El Gobierno de Jair Bolsonaro respondió a un reciente informe encargado por el Ejecutivo francés que recomienda no implementar el acuerdo comercial entre la Unión Europea (UE) y el Mercado Común del Sur (Mercosur) por su impacto negativo en el medio ambiente.
Brasil descartó que el pacto represente una amenaza, y acusó al país galo de intereses proteccionistas.
“El informe de Francia presenta argumentos no basados en criterios científicos que sugieren que la entrada en vigor del acuerdo tendrá un impacto ambiental negativo”, dice un comunicado conjunto del Ministerio de Relaciones Exteriores y del Ministerio de Agricultura y Ganadería de Brasil.
El documento agrega que el acuerdo entre continentes, que prevé un aumento de la exportación agrícola y ganaderas brasileñas, “no presenta ninguna amenaza al medio ambiente, a la salud humana y a los derechos sociales”, sino que refuerza compromisos multilaterales y agrega mejores prácticas en la materia.
Según el Gobierno brasileño, ese país ya demostró que es capaz de aumentar su producción de carne, maíz y soja al mismo tiempo que disminuye la deforestación.
Brasilia también recordó que de 2004 a 2012 la deforestación en la Amazonía cayó un 83%, mientras la producción agrícola subió un 61%; en ese mismo periodo, el rebaño bovino creció en más de ocho millones de cabezas.
Sin embargo, no cita que la deforestación está aumentado desde hace tres años y que batió todos los récords históricos durante los primeros remeses del Gobierno del presidente Jair Bolsonaro.
El texto también resulta que el aumento de la producción en Brasil se da “por innovación tecnológica, sin la necesidad de expansión en nuevas áreas”, y añade que no habría motivo de preocupación porque ya está en vigor un sistema de rastreabilidad de la exportación de la carne bovina a la Unión Europea.
Por todo ello, Brasil considera que el informe de la comisión independiente que desaconseja avanzar con el acuerdo tras “preocupaciones proteccionistas de quienes lo encargaron, al tratar de las concesiones agrícolas hechas por la UE al Mercosur”, acusando así directamente a Francia de proteccionismo.
Finalmente, el Ejecutivo de Brasil considera que la no entrada en vigor del acuerdo sería “un claro desincentivo” a los esfuerzos del país para fortalecer aún más su legislación ambiental, y cita posibles implicaciones sociales y económicas negativas que podrían agravar aún más los problemas en la región.