Cae el índice de incertidumbre económica en Colombia

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BOGOTÁ.— En septiembre de 2024, la incertidumbre relacionada con la política económica en Colombia mostró una nueva disminución, aunque aún se encuentra lejos de estabilizarse.

De acuerdo con el Índice de Incertidumbre de la Política Económica en Colombia (IPEC), desarrollado por Fedesarrollo, el indicador se ubicó en 269 puntos, lo que representa una disminución de 54 puntos respecto a agosto (323), pero sigue por encima de los niveles observados el año pasado en el mismo mes (230).

A pesar de esta reducción mensual, Colombia ha acumulado 62 meses consecutivos con niveles de incertidumbre superiores al promedio histórico de 100 puntos, que se registró entre 2000 y 2019. Este índice, que mide la incertidumbre a partir de las noticias publicadas en los principales medios de comunicación, refleja la inquietud sobre temas de política económica, actividad económica, geopolítica y seguridad.

El IPEC utiliza una metodología internacionalmente reconocida que identifica la frecuencia de términos como “crisis”, “recesión” o “ajuste fiscal” en las publicaciones, proporcionando una visión de la percepción pública sobre el contexto económico.

En septiembre, el 50% de las noticias relacionadas con la economía en Colombia se centraron en temas de política económica, social y geopolítica. La actividad económica representó el 23.7% de las menciones, mientras que otros sectores como la inseguridad (7.9%) y las variables financieras (6.6%) tuvieron menor relevancia.

Aunque esta reducción en la incertidumbre puede parecer positiva, el hecho de llevar más de cinco años con niveles superiores a los observados entre 2000 y 2019 sigue siendo un desafío significativo para el entorno económico del país, según analistas de Fedesarrollo.

La incertidumbre económica, medida a través del IPEC, tiene consecuencias tangibles para la economía y la vida diaria de los colombianos. En términos sencillos, un alto nivel de incertidumbre lleva a empresas y consumidores a adoptar decisiones más cautelosas.

Esto se traduce en una desaceleración de las inversiones, postergación de nuevos proyectos y una reducción en el consumo de bienes duraderos, como viviendas y automóviles, mientras se espera un panorama más claro. Esta situación de incertidumbre afecta directamente el crecimiento económico y la creación de empleo. Si las empresas no invierten ni expanden su capacidad productiva, se compromete la generación de nuevos puestos de trabajo. Además, la percepción de inestabilidad puede influir en las tasas de interés, ya que los inversionistas demandan mayores rendimientos ante el riesgo de pérdidas futuras.

En sectores clave como la construcción y el comercio, que dependen de la confianza de los consumidores y la estabilidad de las políticas públicas en Colombia, la incertidumbre puede tener un impacto aún más pronunciado. Según Fedesarrollo, este índice refleja la percepción de los actores económicos, y aunque no predice el futuro de manera directa, indica el grado de confianza o desconfianza en la gestión de la economía del país.