Cancillería rusa advierte un “baño de sangre en Donbás”

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Lavrov

MOSCÚ.- La modificación de los acuerdos de Minsk podrían provocar una matanza en el este ucraniano, advirtió el jefe de la diplomacia de Rusia, Serguéi Lavrov. 

Según el canciller, el Gobierno del presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, busca intervenir el orden de implementación de los Acuerdos de Minsk, haciéndose en primer lugar con el control del Donbás, incluida la frontera con Rusia, y solo después cumpliendo con sus compromisos como el estatus especial de esos territorios, la celebración de las elecciones o la amnistía a los excombatientes. 

“Es obvio que si lo hiciesen de ese modo, si alguien les dejara hacerlo, habría allí un baño de sangre”, aseveró el diplomático ruso. 

Mientras tanto Occidente, denunció Lavrov, no puede obligar a Kiev a que vaya cumpliendo los Acuerdos de Minsk en estricta conformidad con la secuencia prevista en los mismos. 

“El control de la frontera es el último paso, una vez que esos territorios tengan estatus especial consagrado en la Constitución de Ucrania, una vez que celebren elecciones libres reconocidas como tales por la OSCE, etc”, aseguró. 

Lavrov subrayó que es necesaria también una amnistía total para los combatientes, y no una selectiva, solo para aquellos que no hayan cometido delitos graves. 

El canciller ruso recordó que el Occidente es el mayor responsables de lograr que el Gobierno ucraniano cumpla los Acuerdos de Minsk. Asimismo, dijo que últimamente Kiev hace todo lo posible para cambiar lo pactado y los países occidentales no hacen nada para poner fin a esos intentos. 

Desde abril de 2014, Ucrania adelanta una operación contra las milicias en Donbás donde se proclamaron las repúblicas populares de Donestk y Lugansk, en respuesta al violento cambio de gobierno ocurrido en febrero del mismo año. 

Los acuerdos de Minsk suscritos en septiembre de 2014 y en febrero de 2015, sentaron las bases para una solución política al conflicto, pero no han derivado hasta ahora en un alto al fuego. 

Según números de la ONU, las hostilidades en esa región ya han dejado unos 13.000 muertos, según estimaciones de la ONU.