ARÍS.- Gérald Darmanen, ministro del Interior de Francia, declaró que según un recuento final, en las manifestaciones del sábado resultaron heridos 98 policías y gendarmes.
“Evaluación final: 98 heridos entre policías y gendarmes. Les expreso todo mi apoyo. Los responsables de esta violencia deben ser llevados ante los tribunales”, escribió el ministro en su cuenta de Twitter.
Este domingo, la cadena BFMTV informó, citando al Ministerio del Interior, que más de 60 policías resultaron heridos durante las protestas en apoyo a la libertad de información.
Los manifestantes protestaron el sábado contra el artículo 24 del proyecto de ley de “seguridad global” aprobada la semana pasada por la Cámara Baja del Parlamento francés, que estipula una multa o prisión de un año por difundir una imagen de una persona y otros elementos de identificación de un gendarme que esté cumpliendo sus funciones, con el “fin de atentar contra la integridad física o mental” del agente.
La ley desató una fuerte crítica desde el periodismo que temen que se les prohíba filmar o fotografiar las acciones de la policía durante las protestas, restringiendo la libertad de los medios de comunicación.
La cadena BFMTV informó, según cifras del Ministerio del Interior, que en las protestas del sábado participaron más de 130.000 personas, de ellas unas 46.000 en París. No obstante, el conteo realizado por los organizadores de la llamada “Marcha de las Libertades”, fueron por lo menos 500.000.
La protesta también estaba convocada contra la brutalidad policial luego del un caso de Michel Zecler el fin de semana pasado, justo en el contexto de la aprobación de la polémica ley que prohíbe que las intervenciones policías sean filmadas, entre otras cosas.
Tres de los agentes, entre ellos los dos detenidos, fueron imputados por violencia voluntaria ejercida por un titular de la autoridad pública, declaraciones de carácter racista, falso testimonio, violación de un domicilio y degradación voluntaria de bienes privados.
Al cuarto sospechoso, quien habría lanzado una Granda lacrimógena durante la detención de Zecler, se le responsabilizó de violencia voluntaria y degradación de bienes y quedó en libertad bajo control judicial.