HONG KONG.— Cinco altos dirigentes del Partido Democrático de Hong Kong —el mayor y último gran partido opositor de la ciudad— aseguran que funcionarios chinos o intermediarios les han advertido que deben disolverse o enfrentarse a graves consecuencias, incluidas posibles detenciones.
El Partido Democrático, fundado en 1994, en los años previos al histórico traspaso de Hong Kong del Reino Unido a China, ha sido durante décadas el principal partido opositor. Ha representado la unión de las fuerzas democráticas de la ciudad para presionar a Pekín en favor de reformas democráticas y para defender las libertades del centro financiero.
En medio de una represión prolongada bajo la ley de seguridad nacional impuesta por China tras las protestas prodemocracia de 2019, el partido celebrará una asamblea extraordinaria el 13 de abril para consultar a sus miembros y posiblemente allanar el camino hacia su disolución.
El presidente del partido, Lo Kin-hei, no ha dado una razón concreta para la posible disolución. Sin embargo, cinco miembros veteranos dijeron a Reuters que, en reuniones recientes con funcionarios chinos o personas vinculadas a Pekín, se les transmitió que el partido debía cerrarse.
Fred Li, miembro veterano y exlegislador, afirmó que un funcionario chino le indicó que esto debía hacerse antes de las elecciones legislativas previstas para diciembre de este año.
“El mensaje fue claro: para entonces ya no deberíamos existir”, dijo Li a Reuters. Rehusó identificar a la persona, pero señaló que el tono fue muy distinto al de sus habituales interacciones con autoridades chinas a lo largo de los años.
Ni la Oficina de Enlace de China en Hong Kong —el principal órgano de representación del gobierno chino en la ciudad— ni el gobierno local respondieron de inmediato a las solicitudes de comentarios.
Cuatro dirigentes más del Partido Democrático también afirmaron haber sido advertidos recientemente por intermediarios vinculados a Pekín, algunos de los cuales les advirtieron que el partido enfrentaría “graves consecuencias” si no se disolvía. Tres de ellos pidieron mantenerse en el anonimato debido a la sensibilidad del asunto.
Yeung Sum, uno de los fundadores del partido, señaló que la reforma electoral de 2021 impulsada por China —que limita la participación política a quienes considera “patriotas”— ha marginado al partido, dejándolo fuera de la política institucional. Actualmente, el partido no ocupa ningún escaño en la legislatura de Hong Kong.
“Solo mantenemos una voz que defiende al pueblo de Hong Kong en temas sociales y políticos, pero aun así estamos bajo presión”, declaró Yeung, quien también fue contactado por un intermediario.
Dos diplomáticos asiáticos y dos occidentales aseguraron estar al tanto de las amenazas veladas contra el Partido Democrático.
“Durante mucho tiempo pareció que Pekín podía tolerar al partido como un vestigio simbólico de oposición”, dijo un enviado occidental. “Ahora parece que no están dejando nada al azar. El mensaje es que llegó el momento de cerrar para siempre”.
Según los diplomáticos, la desaparición del Partido Democrático dañaría aún más la reputación internacional de Hong Kong en un contexto de crecientes tensiones geopolíticas entre EE. UU. y China. También señalan que las críticas recientes de Pekín a la venta de puertos de CK Hutchison a un consorcio estadounidense han reavivado el debate sobre la autonomía de la ciudad.
Fundado por el abogado Martin Lee, el partido jugó un papel clave en la transición de Hong Kong de colonia británica a región administrativa especial china, y fue una figura central en el desarrollo democrático y de la sociedad civil del territorio.
Emily Lau, expresidenta del partido, dijo sentirse consternada por la posible disolución. Señaló que siempre apostó por el diálogo y no por la confrontación con Pekín, como lo demuestra su reunión en 2013 con Li Gang, entonces subdirector de la Oficina de Enlace.
“Lo que queremos es ver una Hong Kong segura, justa y, en última instancia, libre”, dijo Lau. Rehusó comentar si ella también fue contactada para impulsar la disolución.
Si los demócratas se disuelven, marcaría el fin de casi 30 años de política opositora partidaria en Hong Kong. Al menos cinco de sus miembros se encuentran actualmente encarcelados o detenidos bajo la ley de seguridad nacional.
China sostiene que dicha ley ha traído estabilidad a Hong Kong y rechaza las acusaciones —como las formuladas por Estados Unidos— de que ha sido utilizada como herramienta represiva contra los demócratas.
“La reputación internacional de Hong Kong se construyó sobre su apertura, sus libertades y el respeto al estado de derecho”, dijo David Alton, miembro vitalicio de la Cámara de los Lores británica y patrocinador de Hong Kong Watch, una organización de defensa de derechos humanos.
“La disolución del Partido Democrático es otra señal de que Hong Kong está siendo sometido a la misma censura y represión que ya son habituales en la China continental”.