PEKÍN.— El ministro de Relaciones Exteriores de China, Wang Yi, afirmó este martes que Pekín está dispuesto a mantener el diálogo y fortalecer la confianza mutua con Estados Unidos, en un contexto de incertidumbre en las relaciones bilaterales debido al inminente regreso del republicano Donald Trump a la Casa Blanca en enero.
Durante su discurso en el Simposio sobre la Situación Internacional y las Relaciones Exteriores de China, Wang subrayó la disposición de su país a «explorar conjuntamente la forma adecuada en que las dos potencias puedan mantener buenas relaciones», con el objetivo de beneficiar tanto a ambas naciones como al mundo entero.
«La política de China hacia Estados Unidos ha sido estable y constante, lo que refleja la determinación estratégica y la visión amplia de una potencia importante», destacó Wang, según un comunicado de la Cancillería china.
A pesar de las fricciones entre ambos países, Wang recordó que durante 2024 se logró avanzar en áreas de cooperación práctica, como el control de drogas, la aplicación de la ley y el cambio climático. Además, ambas naciones renovaron su acuerdo de cooperación científica y tecnológica y colaboraron en la Asamblea General de las Naciones Unidas para aprobar resoluciones sobre inteligencia artificial.
Sin embargo, el ministro advirtió que China «responderá con firmeza y determinación para defender sus derechos e intereses legítimos», en especial frente a lo que describió como «flagrante interferencia de Estados Unidos en los asuntos internos de China». Esta declaración alude principalmente a Taiwán, la isla cuya soberanía reclama China y que se mantiene como un foco de tensión entre ambas potencias, dado que Washington es el principal proveedor de armas para el territorio.
«China defiende firmemente su soberanía, seguridad e intereses de desarrollo y se opone a la represión ilegal e injustificada de Estados Unidos», añadió Wang. Al mismo tiempo, reafirmó que la base para gestionar las relaciones bilaterales debe ser el «respeto mutuo, la coexistencia pacífica y la cooperación».
El regreso de Trump a la presidencia en enero genera incertidumbre, tras haber prometido durante su campaña imponer nuevos aranceles a las importaciones chinas, siguiendo una estrategia similar a la guerra comercial que impulsó durante su primer mandato (2017-2021).
Las tensiones económicas entre las dos naciones se han mantenido incluso bajo la administración de Joe Biden, quien, en las últimas semanas de su mandato, anunció medidas para restringir el desarrollo de chips en China. Como represalia, Pekín respondió con la prohibición de exportar metales estratégicos como el galio, germanio, antimonio y grafito a Estados Unidos.
En este contexto, el presidente chino Xi Jinping instó recientemente a Washington a trabajar en conjunto para gestionar las diferencias y fomentar una relación constructiva que beneficie a ambas naciones.