PEKÍN.— China ha emitido una alerta roja para una parte del norte del país, incluida la región de Pekín, debido a las fuertes lluvias que se esperan a causa del tifón Doksuri, que actualmente afecta al sureste de China.
El tifón Doksuri, que ha estado causando estragos en el sureste de China desde el viernes, se está moviendo hacia el norte, y su «influencia» ya se está sintiendo en esa región, según el servicio meteorológico chino.
La alerta roja, que está en vigor desde las 20H00 locales (12H00 GMT), abarca una vasta zona habitada por cientos de millones de personas, incluyendo ciudades importantes como Pekín y Tianjín, así como las provincias de Hebei (norte), Shandong (este), y parte de Henan (centro) y Shanxi (norte).
Esta es la primera vez desde 2011 que se activa una alerta de este tipo debido a las lluvias torrenciales, según reportan los medios locales. Se proyecta que las precipitaciones podrían superar los 60 cm.
En Pekín, se han tomado medidas de precaución, como el cierre de varios parques, lagos y vías fluviales emblemáticas de la ciudad hasta nuevo aviso, anunciado por el municipio el sábado. Desde las primeras horas de la tarde del sábado, ya habían comenzado fuertes aguaceros en diversos barrios de Pekín.
Los medios locales informan que se espera que las lluvias en las próximas horas sean incluso más intensas que las registradas en julio de 2012, cuando inundaciones históricas causaron la muerte de 79 personas.
Mientras esto ocurre en el norte del país, en el sureste, el tifón Doksuri, que en su camino causó grandes daños materiales con vientos de hasta 175 km/h, ha visto disminuida su intensidad desde entonces.
Las imágenes de la televisión nacional muestran árboles arrancados en las carreteras y áreas residenciales rodeadas por grandes extensiones de agua fangosa en la región de Fuzhou (sureste). Las autoridades han suspendido los transportes públicos y han ordenado a los residentes que permanezcan en sus casas.
China ha enfrentado condiciones climáticas extremas y temperaturas récord en los últimos meses, lo que los científicos atribuyen al cambio climático y a las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por las actividades humanas. Esto ha llevado a un aumento en la magnitud y frecuencia de fenómenos meteorológicos extremos como ciclones, olas de calor, inundaciones y sequías, según los expertos.