WASHINGTON.— Kamala Harris y Donald Trump se enfrentaron en temas como inmigración, aborto, política exterior y sus respectivas visiones para Estados Unidos durante su primer debate televisado de cara a las elecciones presidenciales del 5 de noviembre.
Este encuentro fue mucho más dinámico que el debate entre Trump y Joe Biden dos meses atrás en Atlanta, que culminó con el retiro de Biden de la contienda y la subida de Harris.
Las reglas del debate, transmitido por ABC News, intentaron imponer un cierto decoro, pero ambos candidatos se interrumpieron repetidamente y se lanzaron ataques. Harris criticó el legado de Trump como presidente (2017-2021), su estilo grandilocuente y lo acusó de mentir con frecuencia.
Con un tono contundente, afirmó que tanto ella como Biden habían trabajado para «limpiar el desastre de Donald Trump». También acusó a su oponente de tener problemas para aceptar su derrota en 2020, burlándose de que algunos de sus seguidores abandonaban sus mítines antes de que concluyeran.
Trump, por su parte, no se quedó callado, interrumpiendo a Harris en varias ocasiones con comentarios como «Estoy hablando, si no te importa». Lamentó las «demenciales» políticas económicas y migratorias de la administración Biden, mientras evitaba mirar directamente a Harris durante sus intervenciones. Ella, en contraste, lo miraba ocasionalmente con sarcasmo.
El debate sobre los derechos reproductivos fue uno de los primeros puntos de confrontación. Trump, que nombró a tres jueces conservadores durante su mandato, se enorgulleció de haber contribuido a la anulación del fallo Roe vs. Wade, devolviendo la decisión sobre el aborto a los estados. Afirmó que esto representaba un acto de coraje, tanto por parte de él como de la Corte Suprema.
Harris, en respuesta, criticó duramente las restricciones impuestas en varios estados republicanos, preguntando si eso era lo que la gente realmente quería, refiriéndose a las mujeres que no reciben atención en emergencias por miedo de los médicos a ser encarcelados. También condenó las falsas afirmaciones de Trump sobre los abortos «después del nacimiento».
Otro momento notable fue cuando Trump repitió una afirmación infundada de que los inmigrantes haitianos comían mascotas de los estadounidenses, algo que fue desmentido por las autoridades locales y los moderadores del debate. A pesar de la corrección, Trump insistió en que «la gente de la televisión» había informado sobre esos casos.
Aunque la política exterior no fue un tema central, ambos candidatos usaron el debate para atacar las posturas de su contrincante. Harris sostuvo que Trump era motivo de burla entre los líderes mundiales y advirtió que entregaría Ucrania a Putin. Trump, por su parte, afirmó que bajo una presidencia de Harris, «Israel desaparecerá», acusándola de odiar a Israel.
Analistas señalaron que, a pesar de las expectativas de que Harris podría tambalearse ante los ataques de Trump, la vicepresidenta se mostró firme y bien preparada, arrinconando a su oponente.
Algunos expertos como Larry Sabato de la Universidad de Virginia consideraron que Harris ganó claramente el debate, mientras que otros, como el estratega republicano Liam Donovan, destacaron la capacidad de Harris para provocar las embestidas de Trump, ejecutando su estrategia con precisión.