BOGOTÁ.— Frente a una jueza, Álvaro Uribe se convirtió en el primer expresidente de Colombia en comparecer presencialmente como acusado en un juicio penal sin precedentes por presunta manipulación de testigos y soborno.
A sus 72 años, Uribe asistió a un complejo judicial en Bogotá para defender su inocencia en una de las audiencias finales de un proceso que él mismo impulsó y que terminó volviéndose en su contra. De ser hallado culpable, podría enfrentar una pena de hasta ocho años de prisión.
Vestido con un traje gris, el exmandatario (2002-2010), quien hasta ahora había comparecido de manera virtual, insistió en que el juicio tiene un «origen político».
«Pretendo aportar para demostrar en este juicio que no soborné ni mandé a sobornar testigos, que no engañé a la justicia», afirmó.
A las afueras del juzgado, decenas de sus seguidores se manifestaron con banderas de Colombia y máscaras con su rostro en señal de apoyo.
La investigación que tiene al líder de la derecha colombiana en la mira comenzó en 2012, cuando Uribe denunció al congresista de izquierda Iván Cepeda por presuntamente buscar testimonios falsos para vincularlo con grupos paramilitares que operaron en los años 90 y principios de los 2000.
Sin embargo, la Corte Suprema no solo desestimó la denuncia contra Cepeda, sino que en 2018 inició una investigación contra Uribe por sospechas de haber intentado manipular testigos. En 2020, el alto tribunal ordenó su arresto domiciliario cuando aún era senador.