CENTROAMÉRICA.- Después de más de tres meses de fuertes protestas contra el presidente Daniel Ortega y una violencia sin precedentes en el país centroamericano hay que comenzar a sumar a la cantidad de muertos, que son más de 300 según distintas organizaciones de Derechos Humanos, la inestabilidad económica que hoy Nicaragua le aporta a los demás países de la región.
Desde el inicio de las protestas el 18 de abril las rutas utilizadas para el abastecimiento y el comercio han sido bloqueadas de norte a sur del país haciendo casi infranqueable las rutas entre países vecinos.
El Gobierno de Daniel Ortega ha utilizado la excusa de restablecer las rutas y eliminar los bloqueos para reprimir violentamente las protestas que exigen su renuncia inmediata y elecciones anticipadas.
Mario Magaña, director de Asuntos Económicos y Comerciales de la Cámara de Comercio e Industria de El Salvador, explicó a la BBC que dada la posición geográfica estratégica donde se ubica Nicaragua para el comercio en la región “ha quedado dividida en dos”.
Magaña señaló que el bloqueo de las principales rutas para el comercio interregional ha conllevado a un estancamiento económico a Nicaragua y ha traído consecuencias notables para los países de la región centroamericana.
Esto ha generado un alza en el costo del transporte de carga regional y su logística, además de la perdida de millones de productos no perecederos y el incremento de los precios en el almacenamiento de mercancías.
Según una encuesta de la Federación de Cámaras de Comercio de Centroamérica, al que tuvo acceso BBC Mundo, esta situación provocó el cierre de cerca de un 20% de empresas dedicadas al comercio regional con Nicaragua y la pérdida de 500 puestos de trabajo aproximadamente.
El documento señala que, hasta el 20 de junio pasado, la crisis en Nicaragua había causado pérdidas por unos US$21,1 millones a los países del área y conllevó a un aumento de los costos de los productos en un 37%.