TRÍPOLI.- Los combates se desarrollaron en la batalla por la capital libia el viernes y ninguna de las facciones logró obtener ganancias en la ofensiva del comandante del este, Khalifa Haftar, que entró en su quinta semana.
El Ejército Nacional Libio (LNA) de Haftar, aliado a una administración paralela con sede en Benghazi, ha traído más tropas y armas pesadas a la primera línea durante la semana pasada. Pero no ha podido romper las defensas en los suburbios del sur de la ciudad de las fuerzas leales al gobierno internacionalmente reconocido en Trípoli.
La batalla por Trípoli casi ha arruinado los esfuerzos respaldados por Estados Unidos para lograr un acuerdo de paz entre las facciones rivales, y ha interrumpido la industria petrolera de un país que es uno de los mayores productores de África.
Hubo fuertes enfrentamientos desde la tarde del jueves hasta la madrugada del viernes en el área del antiguo aeropuerto internacional, pero la línea de frente ha cambiado poco, dijeron los residentes.
Se reanudaron los combates al mediodía del viernes. Ocho combatientes aliados de Trípoli murieron y 42 resultaron heridos, dijo a Reuters una fuente médica. La lucha ya mató a 392 personas e hirió a 1.936, tuiteó la Organización Mundial de la Salud. Alrededor de 50.000 personas han sido desplazadas, agregó.
El LNA se movió hacia el norte en una parte del frente a principios de esta semana, pero fue rechazado por las fuerzas de Trípoli, que habían construido barreras, incluidos los contenedores de envío, en las carreteras del sur donde los tanques y las armas de artillería están en posición.
Las fuerzas de Trípoli recuperaron algo de terreno pero los analistas dicen que la amenaza de LNA persistirá mientras mantenga su base avanzada en Gharyan, a unos 80 km al sur de Trípoli. El pueblo es difícil de tomar porque se encuentra en las montañas que se elevan desde la llanura costera en la que se encuentra la capital.
LNA, cuyos principales partidarios incluyen a Egipto y Emiratos Árabes Unidos, envió tropas y material a Gharayn por carretera desde la base de poder de Haftar en Benghazi, la principal ciudad del este, o a través de la base aérea central de Jufrah, según fuentes militares.
Un portavoz del gobierno de Trípoli declaró que su gobierno estaba hablando con su aliado Turquía para obtener ayuda militar y civil, «todo lo que sea necesario para detener el asalto».
A los países europeos les preocupa que los combates puedan provocar una nueva huida de refugiados y migrantes de Libia y otros lugares de África a través del Mediterráneo. Las pandillas de la trata de personas han utilizado a Libia como un centro para sus operaciones.