PYONGYANG.— Corea del Norte informó el jueves que llevó a cabo una prueba de un misil balístico intercontinental (ICBM), destacando que representaba una mejora de lo que denominó su «arma estratégica más poderosa». Al mismo tiempo, Seúl advirtió sobre el posible intercambio de tecnología misilística de Rusia a Corea del Norte, a cambio de su apoyo en el conflicto de Ucrania.
El líder norcoreano, Kim Jong-un, estuvo presente durante el lanzamiento y declaró que la prueba era una advertencia hacia los «enemigos» que amenazan la seguridad nacional, según la agencia estatal KCNA.
«Esta prueba es una respuesta militar adecuada, diseñada para dejar claro a quienes han incrementado las tensiones en la región y amenazado nuestra seguridad que estamos preparados para responder», afirmó Kim, citado por KCNA.
La demostración se produce en medio de condenas internacionales y creciente preocupación por el despliegue de alrededor de 11,000 soldados norcoreanos en Rusia, incluyendo 3,000 cerca del frente occidental en Ucrania, según informes de EE.UU. y otras naciones.
El lanzamiento generó la inmediata condena de Corea del Sur, Japón y Estados Unidos.
Un día antes, Seúl había informado que Pionyang podría realizar una prueba de un ICBM o incluso una séptima prueba nuclear alrededor de la fecha de las elecciones presidenciales en Estados Unidos, buscando captar la atención hacia su poderío militar.
Shin Seung-ki, director de investigación en el Instituto de Análisis de Defensa de Corea, sugirió que el objetivo de la prueba era probablemente evaluar las mejoras en el sistema de propulsión de un ICBM existente, tal vez con la asistencia rusa.
«Corea del Norte busca continuar recibiendo esta ayuda, pues le permite optimizar tiempo y costes en el desarrollo y estabilidad de sus sistemas de armas», explicó.
Tras las presiones recibidas por su apoyo a Rusia, Corea del Norte «quiere mostrar que no cederá ante estas demandas y que responderá con fuerza, además de influir en las elecciones presidenciales de Estados Unidos», agregó Shin.
Récords de trayectoria
El lanzamiento del jueves fue el vuelo de mayor duración para un misil balístico norcoreano, alcanzando 87 minutos en el aire, según Corea del Sur.
KCNA informó que la prueba marcó nuevos récords en las capacidades misilísticas del país.
El misil fue lanzado en una trayectoria empinada desde una zona próxima a la capital y cayó en el mar a unos 200 kilómetros al oeste de la isla japonesa de Okushiri, cerca de Hokkaido.
Alcanzó una altitud de 7,000 kilómetros y recorrió 1,000 kilómetros, según fuentes gubernamentales japonesas.
Esta trayectoria elevada permite probar la estabilidad y potencia en cortas distancias, evitando que el misil se desplace profundamente en el Pacífico y minimizando repercusiones políticas.
El último ensayo de un ICBM, el Hwasong-18, tuvo lugar en diciembre del año pasado. Alimentado con combustible sólido y lanzado desde un vehículo, también fue disparado en una trayectoria elevada y alcanzó los 73 minutos de vuelo, con un alcance estimado de hasta 15,000 kilómetros en una trayectoria normal, suficiente para cubrir todo el territorio continental estadounidense.
Este último ensayo norcoreano se llevó a cabo poco después de que el secretario de Defensa de EE.UU., Lloyd Austin, y su homólogo surcoreano, Kim Yong-hyun, se reunieran en Washington para condenar el envío de tropas norcoreanas a Rusia.