CARACAS.— Venezuela realizó redadas en campamentos guerrilleros cerca de la frontera con Colombia en medio de la creciente presión de Estados Unidos, que envió aviones de combate en maniobras amenazantes cerca de la costa venezolana, según autoridades locales.
El ministro de Defensa, Vladimir Padrino, mostró imágenes de tropas venezolanas haciendo explotar campamentos en la selva que, según él, eran usados por los rebeldes de las FARC y el ELN de Colombia para evadir la detección y almacenar drogas y armas.
También confirmó su presencia en el estado Bolívar, en la zona rica en bauxita de Pijiguaos, una rara admisión por parte de un funcionario del gobierno de que dichos grupos operan dentro de Venezuela.
Al mismo tiempo, Padrino informó el jueves que el sistema de defensa aérea venezolano detectó al menos cinco aviones estadounidenses volando a 400 nudos a 35.000 pies.
En un comunicado conjunto con el Ministerio de Relaciones Exteriores, el Ministerio de Defensa señaló posteriormente que la “incursión” de los aviones extranjeros ocurrió el jueves, a 75 kilómetros de la costa venezolana. Un avión de la aerolínea colombiana Avianca también fue testigo de los vuelos, según las autoridades.
Las agencias indicaron que las aeronaves ingresaron a la Región de Información de Vuelo (FIR) de Maiquetía, una ciudad costera. Esto no significa necesariamente que los jets hayan ingresado al espacio aéreo venezolano, ya que una FIR es una zona de control de tráfico aéreo que puede incluir áreas fuera del territorio soberano de un país.
“Denuncio este acoso militar ante el mundo”, dijo Padrino en la televisión estatal. “Esto es una gran amenaza”. El presidente Nicolás Maduro dio instrucciones de responder, agregó, sin dar detalles.
Los supuestos sobrevuelos son la señal más reciente de la creciente tensión entre ambos países, luego de que EE. UU. enviara buques de guerra al sur del Caribe, supuestamente para frenar el flujo de cocaína. Al menos 14 personas han muerto en las últimas semanas en ataques estadounidenses contra pequeñas embarcaciones que, según Washington, traficaban drogas desde Venezuela.
Las autoridades venezolanas normalmente hacen la vista gorda ante los grupos armados ilegales colombianos que operan en la región fronteriza, y la destrucción de los campamentos podría ser un intento de apaciguar al presidente estadounidense, Donald Trump.
Trump declaró esta semana que EE. UU. comenzaría también a perseguir redes de narcotráfico que operan desde Venezuela “por tierra”, señalando una posible escalada que incluiría operaciones terrestres contra cárteles venezolanos.
Las declaraciones de Padrino coinciden con informes de que la administración Trump ha determinado que EE. UU. está involucrado en un “conflicto armado no internacional” con cárteles de drogas latinoamericanos, lo que ofrece una justificación legal adicional para los recientes ataques contra presuntos narcotraficantes provenientes de Venezuela, según una notificación al Congreso.