BAKÚ.- Los combates se intensificaron este lunes entre Azerbaiyán y los separatistas armenios de Nagorno Karabaj, en tanto el presidente de Turquía, Recep Tayyib Erdogan, principal aliado de Bakú, alimentó los temores de una escala al pedir a Armenia que se retire.
Las autoridades de Nagorno Karabaj anunciaron que otros 26 separatistas Armenios murieron en combate con las fuerzas azeríes, lo que eleva el número de pérdidas rebeldes a 84.
Con anterioridad, el portavoz del Ministerio de Defensa de Armenia, Artsrun Hovhannisyan, informó de una “ofensiva masiva” de las fuerzas azerbaiyanas en los flancos sur y nordeste de la línea del frente.
El balance total, incompleto, se elevaba en la noche de este lunes a 95 muertos, 11 de ellos civiles: nueve en Azerbaiyán y dos del lado armenio.
Los militares azeríes por su parte afirman haber destruido cuatro tanques de combate enemigos en una ofensiva para recuperar la ciudad de Fuzuli, hoy bajo control de la autoproclamada república de Nagorno Karabaj (RNK).
Asimismo, la Cancillería azerí denunció que al menos 10 civiles perdieron la vida y 30 más resultaron heridos hasta la fecha por ataques armenios en la región de Karabaj.
El Gobierno armenio analiza firmar un pacto militar con la autoproclamada república de Nagorno Karabaj en medio de los combates con Azerbaiyán que no cesan desde el pasado domingo, aseguró el partido gobernante armenio Mi Paso.
Azerbaiyán, país de habla turca y de mayoría chiita, reclama el control de Nagorno Karabaj, una provincia de mayoría armenia, cristiana, cuya secesión en 1991 no fue reconocida por la comunidad internacional.
Una guerra abierta entre Ereván y Bakú podría desestabilizar el Cáucaso sur, sobre todo si intervienen las potencias de la región, Turquía y Rusia.
El balance actual podría ser más grave ya que los dos campos afirman haber infligido centenas de pérdidas al adversario, difundiendo imágenes de tanques destruidos. Bakú afirma haber matado a 550 soldados enemigos y Ereván dice haber eliminado más de 200.