PARÍS.- En el día de hoy las calles de Francia se llenarán de chalecos amarillos por décima jornada consecutiva. En total, 5.000 policías se movilizarán para contener la situación y además se desplegarán en la capital ocho vehículos blindados y 35 miembros de la unidad de reacción rápida.
En esta oportunidad, la iniciativa llegó con una nuevo lema: «Amarillo es la nueva sangre». Cerca de 80.000 personas salieron a protestar en diferentes puntos del país a pesar del debate nacional que propuso el presidente, Emmanuel Macron, la semana pasada el cual busca conseguir una solución democrática a la crisis social desatada en el país.
Las fuerzas de seguridad estarán autorizadas a utilizar balas de goma, gases lacrimógenos y camiones hidrantes en caso de que la situación se descontrole. La inclusión de las balas generó críticas, sin embargo el ministro del Interior, Christophe Castaner, afirmó que sin ellas la policía no tendría otra opción más que el contacto físico y habría «muchos más heridos».
En estas diez jornadas de manifestaciones se detuvieron más de 2.500 personas, hubo centenares de heridos e incluso diez muertos. Las colisiones entre manifestantes y vehículos fueron las razones de los fallecimientos en prácticamente todos los casos.
El movimiento chalecos amarillos se gestó a mitad de noviembre como respuesta a las medidas del Ejecutivo de Emmanuel Macron, quien anunció el aumento en el precio de combustible y similares. Si bien el Gobierno retrocedió y desestimó el plan diseñado, los manifestantes ampliaron los reclamos y se convirtieron en un clásico de todos los sábados en el país.
Lee también: Insólito pedido de los chalecos amarillos: retirar efectivo de los bancos
En estos tres meses conformaron una lista con 42 pedidos para las autoridades con medidas que plantean transformar completamente el sistema democrático. Algunas índoles de los reclamos son los impuestos, la inmigración, la reforma de las instituciones e incluso la restauración del impuesto a las grandes fortunas.