BRASILIA.- La Amazonía brasileña perdió en agosto pasado 1.698 kilómetros cuadrados de su cobertura vegetal, un área un 222% superior a la deforestada en el mismo mes de 2018 (526 kilómetros cuadrados), según datos divulgados este domingo por el estatal Instituto Nacional de Pesquisas Espaciales (INPE).
Os números do INPE para o #desmatamento da #Amazônia em agosto são assombrosos: com relação ao mesmo mês de 2018, registrou-se um aumento de 222%. Infelizmente, tivemos outro mês seguido de crescimento expressivo da destruição florestal no Brasil.https://t.co/SmlYhVCNCD pic.twitter.com/znCAL9yv2J
— ClimaInfo (@ClimaInfoNews) September 9, 2019
Los nuevos datos indican que, pese a que la devastación se redujo con respecto a julio de este año, la destrucción de la cobertura vegetal de la mayor selva tropical del mundo continúa creciendo en comparación con el año pasado.
El fuerte salto de deforestación en julio y agosto de este año hizo que el área de la Amazonía destruida en los ocho primeros meses de este año saltara hasta un total de 6.404,8 kilómetros cuadrados, una superficie en un 92% superior a la derribada entre enero y agosto del año pasado (3.336,7 kilómetros cuadrados).
Así, la deforestación en Brasil, que se mantenía en los niveles de los últimos dos años, se disparó en los últimos cuatros meses: 738,2 kilómetros cuadrados en mayo (+34,1%), 936,3 kilómetros cuadrados en junio (+ 91,7%) y 2.255,4 kilómetros cuadrados en julio (+278%) y ahora 1.700, 8 kilómetros cuadrados en agosto (+91,90%).
Los expertos evalúan que la cifra podría llegar este año, y por primera vez desde 2008, a los 10.000 kilómetros cuadrados de área deforestada.
Los datos son del Deter, una metodología basada en imágenes de satélite y utilizada por el INPE para ofrecer alertas anticipadas sobre las áreas que están siendo deforestadas en la Amazonía, pero que, según el organismo, no constituyen los datos oficiales sobre deforestación del considerado como el pulmón vegetal del mundo.
Los datos del Deter indican una tendencia sobre la deforestación y sirven para alertar a los fiscalizadores del Instituto Brasileño de Medio Ambiente (Ibama) sobre los lugares amenazados en que tiene que concentrar sus actividades.
La revelación de estos datos se producen en el momento en que Brasil y su gobierno, es blanco de crítica de ecologistas y líderes mundiales de todo el mundo, por el fuerte aumento de los incendios forestales en el Amazonas en lo que va del año.