WASHINGTON.- Si bien no hubo una “ola azul” que arrasará con las dos cámaras, el malestar de los estadounidenses con Donald Trump les valió anoche a los demócratas los votos suficientes para hacerse con el control de la Cámara de Representantes después de ocho años de hegemonía republicana, un resultado que abre la puerta a un ejercicio de control institucional del presidente que hasta ahora no se había producido en el Congreso.
Los republicanos, en cambio, pueden respirar tranquilos por haber conservado ciertas gobernaciones que estaban en riesgo y por haber ampliado su dominio en el Senado: tienen 51 senadores confirmados, otra victoria en Florida y en Arizona. En Misisipí habrá el 27 de noviembre ya segunda vuelta. En caso de ganar,el partido sumaría 54 de los 100 puestos en el Senado.
El hecho de que los republicanos mantengan el control del Senado le garantiza al presidente, Donald Trump, que no será tumbado en un “impeachment” después de los que los demócratas abran en la Cámara de Representantes las investigaciones contra él que pretenden, ya que para aprobarlo se necesitará el apoyo de 67 de los 100 senadores. Esto le garantiza al mandatario terminar tranquilamente sus dos años de gobierno, incomodos por supuesto, hasta que se presente a la reelección en 2020.
Por otra parte, estas han sido las elecciones de las minorías y de las mujeres. Un récord de 272 candidatas se presentaron a los comicios. La demócrata Alexandria Ocasio- Cortez será, a sus 29 años, la congresista más joven de la historia de Estados Unidos. Habrá además las dos primeras representantes musulmanas, Rachida Tlaib, de origen palestino, y Ilhan Omar, de raíz somalí. Los competidores hombres y blancos también marcaron un récord: nunca antes hubo tan pocos.
Fiel a su estilo, el presidente presumió un “tremendo éxito” en las elecciones de este legislativas de este martes, a pesar de que los demócratas hayan recuperado la Cámara de Representantes.
Asimismo, el jefe de Estado planea hacer grandes cambios en su equipo tras las legislativas, que podrían resultar en la salida de figuras tan destacadas como el fiscal general, Jeff Sessions o la secretaria de Seguridad Nacional Kirstjen Nielsen.
Según el diario The Washington Post los planes para un vuelco general del entorno de Trump podría afectar a hasta cinco miembros del gabinete, siendo Sessions la figura la más vulnerable y muchos en el Departamento de Justicia esperan que sea despido, todo por la trama de la injerencia rusa en los comicios presidenciales de 2016.