BRASILIA.— La tasa de desempleo en Brasil se situó en 5,6% en el trimestre comprendido entre junio y agosto de 2025, el nivel más bajo desde que el Instituto Brasileño de Geografía y Estadística (IBGE) comenzó la serie en 2012. La mejora refleja un fuerte aumento del empleo y una reducción de los desocupados, aunque la informalidad continúa afectando a casi cuatro de cada diez trabajadores.
Antes de entrar en los sectores que impulsan la creación de empleo, conviene subrayar que esta caída del paro se produce en un contexto de crecimiento económico moderado y de políticas que han ampliado la contratación en áreas públicas y productivas.
El paro del 5,6% supone una reducción de 0,6 puntos porcentuales frente al trimestre móvil anterior (6,2%) y de 1 punto respecto al mismo periodo de 2024 (6,6%). Brasil no registraba una tasa de desempleo tan baja en más de una década.
La población desocupada descendió a 6,08 millones de personas, con una caída del 9% en comparación trimestral y del 14,6% en el último año. En paralelo, la población ocupada alcanzó los 102,4 millones, con casi 2 millones de empleos más en un año.
El avance se ve opacado por la persistencia de la informalidad laboral, que afecta al 38% de los trabajadores. Esto equivale a 38,9 millones de personas sin contrato formal ni cobertura de seguridad social, una proporción prácticamente estable frente al trimestre anterior.
Casi cuatro de cada diez brasileños siguen dependiendo de trabajos precarios para sostenerse.
En la comparación trimestral, los mayores incrementos se dieron en agricultura, ganadería, pesca y acuicultura, con un alza del 4,4% (333.000 nuevos puestos), y en administración pública, educación y salud, con un 1,7% adicional (323.000 empleos).
En términos interanuales, se destacaron los aumentos en transporte y almacenamiento (+5,5%, 311.000 puestos) y en servicios públicos y sociales (+4,2%, 760.000 empleos).
El dinamismo abarcó tanto sectores productivos como servicios públicos esenciales.
El gran reto para Brasil es transformar esta reducción histórica del desempleo en más empleo formal y de mayor calidad. La elevada tasa de informalidad sigue siendo un obstáculo estructural, mientras que la necesidad de crecimiento sostenido y estabilidad macroeconómica marcará la evolución del mercado laboral en los próximos trimestres.

