NUEVAL DELHI.— Las lluvias constantes y fuertes vientos complicaron el miércoles la búsqueda de sobrevivientes de los deslizamientos de tierra en plantaciones de té del sur de India, donde murieron 126 personas, en su mayoría trabajadores y sus familias.
Las torrenciales lluvias monzónicas han azotado los últimos días al sureño estado costero de Kerala, bloqueando las carreteras de acceso a la zona del desastre en el distrito de Wayanad.
Varias personas que lograron huir de la zona quedar atrapadas por el desborde de un río en la zona, dijo a AFP el rescatista voluntario Arun Dev, en un hospital donde atendía sobrevivientes.
«Los que escaparon fueron arrastrados con sus casas, templos y escuelas», contó.
Wayanad es conocido por sus plantaciones de té en las zonas montañosas, de numerosas personas trabajan en la siembra y cosecha.
Varias plantaciones fueron golpeadas por dos deslizamientos consecutivos antes del amanecer del martes.
Varias casas de ladrillo que albergan a los trabajadores temporales fueron inundadas por un muro de lodo cuando el personal se encontraba en las fincas y sus familias dormían en su interior.
La fuerza del alud desparramó coches, arrugó barras de acero y esparció escombros por el sitio del desastre.
Un funcionario del distrito de Wayanad que pidió no revelar su identidad dijo a AFP que se habían recuperado 126 cadáveres y que la cifra podría crecer.
Las aguas de la inundación se llevaron un puente que conecta los poblados más golpeados, Chooralmala y Mundakkai, obligando a los rescatistas a recorrer a pie el difícil terreno.
Más de 3.000 personas se refugiaban en los campamentos de alrededor de Wayanad, según el gobierno estatal.
La agencia de desastres de Kerala dijo que se esperaban más lluvias y vientos fuertes el jueves, con posibilidades de «daños en estructuras inseguras» en otras zonas del estado.
Las lluvias asociadas al monzón en el sur de Asia suelen extenderse de junio a septiembre. Son un alivio al sofocante calor veraniego y recargan mantos acuíferos.
Aunque son vitales para la agricultura y la seguridad alimentaria de los 2.000 millones de personas que viven en la región, también suelen acarrear inundaciones y deslizamientos de tierra.
La frecuencia de estos desastres naturales ha aumentado en los últimos años y los expertos señalan que el cambio climático ha agravado el fenómeno.
Además, la construcción de presas, los proyectos urbanísticos y la deforestación en India también han empeorado las consecuencias de estos sucesos.
Las fuertes tormentas lluviosas también azotaron este mes la capital financiera india de Bombay.
Cerca de 500 personas murieron alrededor de Kerala en 2018, en las peores inundaciones en un siglo en ese estado.